PNV

Blanqueo que saldrá caro

El pacto del PSOE con Bildu no se ciñe –que nadie se engañe– a una cuestión coyuntural

Bildu, ya saben, la antigua Batasuna sabe muy bien de las diferencias entre unos y otros tipos de gobierno de la nación a la hora de no desviarse de su hoja de ruta siempre centrada en unos objetivos políticos a largo plazo que en otro tiempo se perseguían por la vía de la violencia. Unas diferencias a propósito del perfil de los inquilinos de La Moncloa que no son menores para quienes no olvidan, por ejemplo, aquella afirmación del expresidente Aznar «pensaban que no íbamos a atrevernos» –hay que aclarar que no se refería al gobierno sino al estado de derecho– cuando se procedía a la detención de diecinueve de los veintitrés miembros de la mesa nacional de HB acusados de colaboración con banda armada al final de los años noventa. Los batasunos han convivido de manera dispar con gobiernos posteriores eso sí, sin condenar taxativamente ese terror que en otro tiempo apoyaron y alentaron, pero ni en sus más húmedos sueños habrían imaginado que, en tan corto período de tiempo, con casi tres centenares de asesinatos de la banda por aclarar y juzgar iban a adquirir tal protagonismo y capacidad decisoria en la política nacional, por obra y gracia de los acuerdos ya indisimulados con el Gobierno de un partido que antes de ayer y con toda lógica tenía meridianamente claras las líneas rojas frente a los herederos políticos de los violentos, algunos de ellos condenados en su momento por ello.

El pacto del PSOE con Bildu no se ciñe –que nadie se engañe– a una cuestión coyuntural. El partido socialista –como el PP– sabe que tras los comicios generales no será tan importante quien los ha ganado como quién gobierna, ante ese previsible escenario vaticinado hoy por los sondeos en el que la «foto finish» sentenciará entre bloque del dentro de derecha y bloque «Frankenstein» quién suma más de 175 escaños y en esa coyuntura, los votos de Bildu acaban siendo tan importantes como los de Esquerra Republicana o los del mismísimo diablo poniendo precio en el Congreso de los diputados. Tampoco será coyuntural en el plano autonómico vasco donde, si acaban cuajando nuevas mayorías con estos mismos actores sería el mismísimo PNV quien tendría que poner sus barbas a remojar. De momento toca blanquear y nada mejor que conceder a las «hermanitas de la caridad» de Bildu el protagonismo de gran parte de presuntos logros sociales. Esto nos saldrá caro.