Shakira

Mastica y traga a Piqué

Los descarnados ataques públicos de Shakira a su ex no serían aceptables si ella fuera el hombre y él la mujer; si Piqué hubiera publicado una canción insultándola el mundo feminista se habría levantado en guerra

Shakira en primeros planos de rapera, compacta y desafiante, mira a la cámara con desdén, deja caer los párpados, levanta la barbilla y señala con un dedo repleto de uñas larguísimas color lima: “a ti te quedé grande, una loba como yo no está pa’ novato’, mucho gimnasio pero trabaja el cerebro un poquito también”. ¿Hola? ¿Está llamando al famoso futbolista gorila descerebrado?

Lo que está claro es que la ruptura de la famosa pareja no es disparatadamente amigable, es más, que mantienen una pésima relación con tendencia a empeorar. Como ya saben, cuando Piqué abandonó a Shakira por la joven Clara Chia, la cantante lanzó al mundo dos canciones alusivas a los motivos de su ruptura “Te felicito” y “Monotonía”, dos piezas muy pegadizas en las que encontramos a una Shakira tan triste y deprimida como cabe esperar en estos casos. Le llamaba narcisista, inmaduro y falso, al mundo le gustaron y las celebró y pensamos que la cosa se quedaba ahí… Pero no. La loba de barranquilla se ha empoderado y en su última canción carga con fuerza implacable contra el futbolista, sin límites, sin filtros y sin piedad. Con esta afrenta musical Shakira representa sin fisuras el viejo tópico de que una mujer solo retrocede para coger impulso. ¿Dónde va a acabar esto?

Por supuesto, podemos analizar este hecho desde la moderna psicología y en tal caso la artista saldría mal parada. Nuestro lóbulo más sensato (y aburrido) podría decirle a Shakira que la exhibición de sus tripas y entretelas es de muy mal gusto, que piense en sus pequeños, que su actitud podría ser un capítulo del Manual de la celosa tóxica , que la rabia hay que trabajarla en terapia y liberarla en el gimnasio, y en los negocios, y en la cama, e incluso al aparato con los teleoperadores de turno, y que debemos encajar los golpes de la vida con madurez y entereza. Y bla bla bla.

Podríamos decirle que los descarnados ataques públicos a su ex no serían aceptables si ella fuera el hombre y él la mujer; que si así fuera, si Piqué hubiera publicado una canción insultando a Shakira, el mundo feminista se habría levantado en guerra y de acuerdo a nuestra moral 2023 podría incluso ser demandado legalmente por violencia de género. Por otra parte, con respecto a la nueva noviecita, la colombiana muestra grado cero de sororidad (“cambiaste un Ferrari por un Twingo, cambiaste un Rolex por un Casio”) hacia una muchacha soltera que en los términos del juego de hoy no es culpable de nada, sino que el único responsable, de haber algún responsable cuando se rompe una pareja, sería Piqué.

Que sí, todo eso está muy bien, pero ¡Ay! ¿Han escuchado la canción? Porque esta canción es oro puro, ¡Arte Moderno! Y no me refiero a la parte musical, que es muy correcta (dentro del mainstream Bizarrap es uno de los compositores y productores más descargados y respetados). Me refiero a la parte de la intensidad y de la impudicia, a la de la sorpresa y la locura salvaje de esta performance antropófaga (letra y puesta en escena) donde Shakira se desnuda sin pudor y se tira al barro, no sin antes coger del brazo al susodicho, para propinarle una paliza (esto es pa’ que te mortifique’, mastique’ y trague’, trague’ y mastique’) y abandonarlo enfangado hasta los ojos, mientras ella emerge pulcra, brillante y con la autoestima de lentejuelas: “yo valgo por dos de 22″_ A-clara.

Analicemos la letra caníbal, que no tiene desperdicio en su ferocidad, donde generosamente, sin haberlo pedido nosotros, nos regala toda la información de su ruptura: “tanto que te las das de campeón y cuando te necesitaba diste tu peor versión, me dejaste de vecina a la suegra, con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda”.

De acuerdo, esta rabieta de Shakira estaría muy fea, si la protagonizara otro, pero lo hace ella. Y ya saben ustedes, este videoclip es una prueba, que las normas son para la mayoría, perdónenme, para los mediocres; para aquellos que si no se ajustan a decenas de comandos, para absolutamente todo, generan el caos.

Y en su descargo, miren, Shakira rabia cantando, en vez de arrastrar sus miserias por los platós o las revistas como los demás. Transformando sus emociones más negativas y su intimidad y la del otro, en humor y belleza, en ritmo, sensualidad y alegría. Gracias Shakira, despechá, valiente y divertida.