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Aunque moleste

Alianza en el Pacífico Norte

China, India y Rusia avanzan en el diseño de un foro de contrapeso a la OTAN

Se acaba de celebrar en Tianjin la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), conocida por algunos analistas como Alianza del Pacífico Norte, foro de seguridad y contrapeso a la OTAN que engloba a una decena de países cuyas cabezas más visibles son China, Rusia e India. Delegaciones euroasiáticas se han reunido con la idea de avanzar en la búsqueda de una opción diferente al sistema de seguridad euroatlántico, que consideran «obsoleto», desarrollando uno propio que por ahora no es «militar», aunque a nadie se le escapa que ese es el principal objetivo de sus principales asociados.

La OCS insiste en su carácter de «organización para la cooperación», pero entre sus resoluciones figuran la condena a la creación de un sistema global de defensa antimisiles por EE.UU., el rechazo al despliegue de efectivos americanos en la región de Asia-Pacífico o el avance de la infraestructura militar occidental hacia las fronteras rusas en Europa. Aunque parece difícil que este foro pueda convertirse en un bloque militar anti-OTAN, hay elementos que inquietan en las cancillerías occidentales respecto a la reunión de Tianjin. El primero, la recuperación de la amistad entre China e India. El segundo, el avance de la alianza de ambos colosos con Rusia. En tercer lugar, el alejamiento de Nueva Delhi con Washington, como consecuencia de las políticas norteamericanas. Trump impuso aranceles del 50 por ciento a los productos indios y un 25 más por la compra de petróleo ruso, bajo la acusación de estar financiando la guerra a Putin. India ha sido tradicionalmente un socio fiable de Washington, pero la visita de Modi a China y su reunión con Xi Jinping muestran hoy lo contrario. Superando viejas rencillas, ambos líderes asiáticos han acordado establecer vuelos directos, un mayor flujo comercial y de inversión, levantar la prohibición de exportar tierras raras, aumentar el comercio fronterizo y suavizar la expedición de visados ​​a turistas, empresas y medios de comunicación.

En India hay un fuerte lobby proestadounidense que intenta frenar el acercamiento a Moscú y Pekín, pero no han gustado las formas de Trump y de su asesor Peter Navarro, que propone no transferir tecnología militar de vanguardia a India por su alianza con China y Rusia. Trump ha intentado hasta en cuatro ocasiones hablar por teléfono con Modi, a lo que éste se ha negado, después de que el presidente americano cerrara un acuerdo con Pakistán para la explotación conjunta de petróleo y dijera que India tiene «una economía muerta». La estrategia trumpista de los aranceles parece que funciona en Occidente, pero no tanto con India y China, que han decidido revitalizar el formato BRICS-OCS con Rusia, a quien siguen comprando petróleo.

Hace décadas era impensable imaginar un orbe donde las antiguas colonias no estuvieran alineadas con sus metrópolis. Ahora sí. Frente a los 800 millones de población USA/Europa, el bloque BRICS-OCS suma 3.500 millones, el 50 por ciento del planeta, el 43 por ciento del PIB mundial y una extensión territorial que asusta. India, el país con mayor número de habitantes. China, la segunda economía del globo, y Rusia, una potencia nuclear.

Por mucho que no lo queramos ver, a Occidente le ha salido un contrapoder real en lo económico, que intenta convertirse en contrapeso de la OTAN con esta alianza en el Pacífico Norte.