Opinión
¡Bananaaa!
Con el gobierno de Sánchez llegan a nuestra política la mentira psicopática, la chabacanería, los jolines y el matonismo
-Ministro (Puente), usted dijo que había que terminar con el insulto y ahora llama drogadicto al presidente argentino, ¿cómo se puede entender esto, especialmente cuando ustedes están vinculados con el consumo de cocaína en el caso de los ERES?_ Pregunta de Vito Quiles (el periodista veinteañero, he visto fotos de su licenciatura, que pone en jaque al gobierno en cada comparecencia):
La última. El ministro llama “Saco de mierda” al joven, en el marco de la cruzada del PSOE contra las voces críticas que llama pseudomedios, una membresía que el gobierno otorga a los que son suficientemente irritantes como para hincharle las soberanas narices. Puente, cazando al vuelo otra banana. Recordemos que gastó más de 60.000 €uros públicos en vigilar periodistas insumisos.
“Saco de mierda”_públicamente, en X. En efecto, con el gobierno de Sánchez llegan a nuestra política la mentira psicopática, la chabacanería, los jolines y el matonismo, donde Puente, el más bravucón de sus cuadrúpedos, desmerece incluso a su patrón. Es meritorio. ¡Banana, hop!
Dolientes retinas, aun con la imagen de la Ministra Chiqui palmoteando y arengando (desinhibición severa, agresiva y preocupante) al amo ante el congreso y la televisión… Con la vicepresidenta Díaz, dimitidora fijadiscontinua, desde la bancada del gobierno, enviando “a la mierda” a toda la oposición (y más de la mitad de los españoles, somos sus paga-mechas_ con lo que gasta esta mujer en peluquería alojamos a todos los menesterosos que llegan a nuestro país)… ¿Merece España semejante representación pública?
Oscar Puente, protagonista y paradigma, ¡Ministro Bananas!, despliega, ¡abre la boca!, su incivilidad, negligencia, su dramática (y divertida, visceralidad) así como su comportamiento antropoide.
Este representante español siglo XXI, el mismo que hace un mes insultó al presidente argentino, sin necesidad, desatando un incidente gratuito y precipitándonos a un nuevo conflicto internacional, data del paleolítico medio; insulta a un ciudadano desde su cuenta de Twitter y le amenaza (si acosan a los jueces, qué no harán con un chaval de 23): "Voy a encargarme personalmente de que lo pagues caro" (quizá Quiles no es licenciado pero profiere las más exasperantes pseudo preguntas en las pseudo ruedas de pseudo prensa donde, por supuesto, la única pseudo-realidad emana del despacho presidencial).
El macarrismo, o más fácil, la imbecilidad de estos agentes de la maquinaria estatal son inadmisibles desde la estética, ¿recuerdan los gobernantes ejemplares? y luego desde la ley. La soberanía reside en el pueblo, en Vito Quiles. Pero, ¡ahí tienes otra! ¡bananaaa! sin cortarse las uñas de los pies. Y nos la zampamos todos.
¿Cómo has pensado hacerle pagar a Quiles, personalmente, su incomodísimo trabajo?
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