Sin Perdón
El bienio negro del sanchismo
«Nada queda de las banderas de la regeneración y el feminismo con las que llegó al poder»
Es lógico que la izquierda mediática esté inquieta. Las noticias negativas sobre el «amado líder» se suceden una tras otra con monótona insistencia. Cada día hay algo nuevo y el pesebre se acaba. Es cierto que podrá sacar pingües beneficios hasta el final de la legislatura, pero es un escenario parecido a las derrotas de 1996 y 2011. El frente judicial es demoledor. Feijóo realizó un balance muy duro y contundente. Está muy bien que haya dejado de poner la mejilla y que la ofensiva sea implacable, ya que el sanchismo no merece cuartel. Hace unos años, el líder del PP recibía un trato exquisito de esa izquierda a la que le gusta sacar a pasear esa frase de «no pareces de derechas», como si serlo fuera algo malo. El presidente del Gobierno, que ha blanqueado a los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA, a los comunistas y a los independentistas, no tiene ninguna credibilidad en sus ataques a la derecha que gobierna la mayor parte de los países de la UE. El discurso del miedo tiene las patitas muy cortas, al igual que sus mentiras, porque tiene unos aliados que son enemigos declarados del Estado de Derecho y la separación de poderes.
Feijóo recordó los escándalos que salpican al inquilino de La Moncloa, así como que «el sanchismo es machismo». Nada queda de las banderas de la regeneración y el feminismo con las que llegó al poder por medio de una moción de censura que defendió Ábalos. Por más que los radicales de la izquierda mediática insistan en sus ataques inconsistentes a Feijóo, Ayuso o Mazón, la realidad es que las encuestas siguen siendo demoledoras, porque lo son los datos objetivos que muestran la descomposición del régimen sanchista. Les molesta que Feijóo recuerde los prostíbulos y las saunas de la familia Gómez, pero Sánchez no ha dado ninguna explicación. ¿Dónde está la transparencia que exigía cuando estaba en la oposición? Por supuesto, el PP seguirá recordando que se benefició de la fortuna de su suegro, así como los procesos judiciales que afectan a su familia, su Gobierno y su partido. A los sanchistas les gustaría amordazar a la prensa que no forma parte del movimiento, así como a los jueces y los fiscales, pero no lo conseguirán.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)