Historias del mundo
Una carrera por la OTAN
«Daria ha corrido desde Kyiv hasta Vilna en apoyo al ingreso de Ucrania en la Alianza»
Daria, de 24 años, salió desde Járkiv el 21 de junio, para embarcarse en una carrera para visualizar la necesidad de que su país ingrese en la OTAN. Fueron hasta lo más cercano al frente de Bajmut, para que un soldado de la 10ª Brigada les diera su bandera. Al día siguiente comenzaron una maratón desde Kyiv. Dos semanas después, y tras cruzar las regiones de Zhytomyr y Rivne, y Polonia, ha llegado hasta Vilna, donde se ha celebrado la cumbre de la OTAN. El objetivo de estos 33 corredores (12 de Lituania y 21 de Ucrania, para sumar 33) era que su país se uniera a la Alianza Atlántica como país 33º.
No muestra signos de cansancio y tampoco siente frustración porque la OTAN finalmente no haya invitado oficialmente a Kyiv a unirse a la organización militar. «Ha sido un honor participar en este proyecto. También estoy muy contenta de ver cómo los lituanos han portado esta bandera y toda la gente que se unió de otros países». Daria asegura que han sentido el calor y los ánimos tanto de los polacos como de los lituanos en su recorrido hasta aquí.
«Corríamos 20 kilómetros al día, pero incluso llegamos a hacer 60», confiesa. Antes de la invasión a gran escala de Rusia, Daria ya había aprendido a disparar, medidas de protección y nociones de medicina técnica, por lo que en cuanto comenzó la guerra, se unió a una unidad militar como voluntaria médica.
«Los primeros días eran aterradores, porque no teníamos suficientes sistemas de defensa. Sobrevolaban muchos aviones y teníamos que ir corriendo al pasillo o a los refugios para guarecernos y esperar a que el misil diera en tu edificio o en el de al lado». Para Daria, es muy injusto: «No entendemos por qué merecemos esta situación. Esto fue lo más difícil de comprender durante los primeros meses», confiesa. Ella no ha tomado las armas, pero no ha dejado de ayudar desde el primer día y «así seguirá».
Este 11 de julio, en la céntrica plaza de Lukiškès, frente a miles de lituanos y refugiados ucranianos, la bandera de Bajmut se ha izado en lo alto del mástil. «Ha sido muy emocionante comprobar la unidad que hay entre Lituania y Ucrania y sus deseos, como los nuestros de formar parte de la OTAN. Es donde nos corresponde estar», concluye.
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