Biblioteca Harley-Davidson

Colleja pop

No sé si soportaremos prescindir de esta ración de despecho racial a la que nos tenía acostumbrados en los últimos tiempos

Será posible que hayamos podido pasar una semana sin ninguna novedad de Shakira con forma de reproche? ¿Ni como canción? ¿Ni como video? ¿Ni como baile? ¿Ni como Twitter o Tik Tok? No sé si soportaremos prescindir de esta ración de despecho racial a la que nos tenía acostumbrados en los últimos tiempos. Más aún cuando envuelve a uno de nuestros deportistas señeros de los últimos años; en mejores tiempos felizmente casado con la diva de la canción moderna.

Por mi trabajo y mi biografía, ya deben saber ustedes que estoy violentamente de parte de la música popular. He conocido la canción protesta, la canción con mensaje, la canción tradicional y las llamadas «Torch Songs». Pienso que el pop es cultura. No quiero decir con ello que Shakira se distinga por títulos como «Misticismo Moderno en la Cosmogonía Racionalista» ni que pertenezca al movimiento de empirismo neokantiano, al dogma hegeliano o al pragmatismo onubense. Las características temáticas de su obra y la cualificación hermenéutica de su retórica tienen su fundamento básico en un orden de cosas diferente, como es poseer curvas claramente detectables dispuestas a lo largo de una anatomía y vestir sobre el escenario unos atuendos diáfanos que han sido calculados con esmero para no disimular ese hecho.

¿Quién se podría resistir a hacer una sucinta exégesis de los torpedos que lanza por las redes contra su antiguo cónyuge? Veamos: participan de las habituales coreografías de este tipo de artistas –que suelen consistir en homenajes directos al delirio epiléptico–, contienen además ojos salvajemente llameantes, mohines picantes y contorsiones tan elásticas como el marco moral en el que se mueve cuando de relacionarse con Hacienda se trata.

Soy seguidor del Barça, pero bien sabe el cielo que mi intención no es defender a Gerard Piqué. Me anima tan solo iluminar bajo una nueva luz las conductas humanas y por eso me pregunto cómo es posible que nos hipnoticen bobadas como estas.