Alfonso Ussía

Cerdo fascista

La Razón
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Fue piropeada con educación y civismo. Le dijeron «cerda fascista». La cerda y fascista ha ganado las elecciones de Cataluña, en escaños y votos. La cerda fascista ha vencido en las diez ciudades más pobladas de Cataluña. No podrá gobernar, porque el caprichoso sistema electoral imperante en España que ni Felipe González, ni José María Aznar ni Mariano Rajoy con sus mayorías absolutas se atrevieron a modificar, beneficia al campo y perjudica a la ciudad. Pero nadie podrá poner en duda que un partido emergente, español, de centro y constitucionalista ha ganado en Cataluña las elecciones. Aunque no gobierne. Y que la cerda fascista, esa mujer joven y prodigiosa que se llama Inés Arrimadas, ha sido la causante de la derrota de los que van a gobernar.

Inés Arrimadas es de Jerez de la Frontera. Sus padres de Salamanca. Llegó a Barcelona hace diez años y se enganchó a la novedad de Albert Rivera. Habla un catalán perfecto, además de un español rotundo, francés e inglés. Como Zapatero y Rajoy, por poner dos ejemplos de políglotas. Y con su serenidad y sentido común –«no me consideran ni charnega»–, ha superado el millón de votos y aventajado en tres escaños al partido del cagueta fugado, y en cinco al de Junqueras y Marta Rovira, que como todos sabemos, es la propietaria del sentimiento catalán. Hacerse catalana habiendo nacido en la luz de la Baja Andalucía y llevando en su sangre la austeridad y la decencia de la Alta Castilla, tiene su mérito. Lo único que me chirría de esta gran mujer es su predilección por el Fútbol Club Barcelona. Fatalidad superable.

Nuestro querido y admirado fundador de La Razón, Luis María Anson, frecuentaba una fórmula acertada y ventajosa en su brillante quehacer periodístico. Cuando se producía un hecho previamente aventurado por su pluma, reproducía la totalidad de su texto. «El 6 de diciembre escribí:» Y transcribía su artículo al completo. Copio su fórmula. El pasado 19 de diciembre de 2017, y con el título «Errores», escribí en La Razón: «El Gobierno de Rajoy aplicó con mucho retraso el artículo 155. Y después de aplicado, lo desarrolló con mansedumbre. Resulta inconcebible su inacción ante las continuas calumnias, injurias, mentiras y manipulaciones de una televisión pública, TV3, gozosamente alineada en el golpismo y financiada por todos los españoles. Y ahora, ante el descalabro que las encuestas vaticinan al PP en Cataluña, se reconoce la precipitación en elegir la fecha de las elecciones. Un golpe de Estado, con los golpistas libres y los rebeldes formando parte de las listas electorales, no se resuelve en treinta días. Tampoco ha acertado el PP en la designación de su candidato. Albiol es mejor que Sánchez Camacho, pero uno y otra no superan el límite de la grisura, la vulgaridad. –Cada vez que aparece Alicia en un informativo de televisión, perdemos cinco mil votos en Cataluña–, me dijo un altísimo responsable del Partido Popular. El Artículo 155 lo ha sacado adelante el PP con el apoyo social de Ciudadanos y el PSOE. Ha sido tanta la mesura y tan aguda la prudencia en llevarlo a cabo, que el gran beneficiado por la excepcional medida ha sido Ciudadanos. Lo han hecho muy bien. Y tienen una candidata excepcional, que entra con educación en todas las casas, que dice lo justo y pertinente, que habla como una mujer normal y no usa de los tópicos y lugares comunes del resto de los políticos. Si Inés Arrimadas, al frente de Ciudadanos, fuera la vencedora de las próximas elecciones tan precipitadamente convocadas por el señor Rajoy, el Presidente del Gobierno de España tendría que dimitir. Dimisión con elecciones, no con sucesor, por cuanto la presidencia del Gobierno en manos de Soraya Santamaría sería digno de un juguete teatral tragicómico».

Admitan mi esplendoroso acierto en el vaticinio. Me aplaudo con las manos y las orejas. Inés Arrimadas ha pulverizado al PP en Cataluña, y simultáneamente ha elevado a Ciudadanos a opción nacional de Gobierno. La cobardía y la indolencia tienen malos resultados. Y gracias a Inés Arrimadas, la cerda fascista, nadie en Cataluña podrá decir que un partido independentista es el más votado y el que más escaños acumula. Ha ganado una mujer a la que niegan su condición de ínfima charnega. El naranja, avanza y convence.