Estados Unidos

¿Debe España romper ya relaciones con EE UU?

La Razón
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Ya sabemos que el personaje es zafio, populista, egocéntrico, que cuestionará muchas cosas, bastantes buenas, que desaira a la Prensa (que, por cierto, le declaró la guerra a él hace meses). Conocemos que es bocazas, impulsivo –su disparatada orden de prohibir el regreso de gente con residencia legal lo muestra– y ,vislumbramos, un lado xenófobo. Lo atestiguan sus desdichados comentarios sobre los mexicanos.

Ahora bien, habría que pensar, de entrada, si nos ha hecho algo a nosotros. Y, si nos ponemos el traje solidario, hay momentos en que es obligatorio enfundarse en él, cuáles son de verdad los agravios hacia otros y si somos los únicos a los que la indignación no les deja respirar.

Debemos ser los más indignados del mundo mundial. ¡Faltaría más! Se trata de un presidente estadounidense de derechas y eso nos pone...¡Cómo nos pone! Si en China hubo un Tiananmen, si Erdogan encarcela a miles, si Rusia ayuda en Siria a un dictador que ha provocado millones de refugiados y 360.000 muertos lo encontramos lamentable pero no nos subleva. Trump, con sus decretos, sin embargo, nos pone a cien. Ya nos pasó con Reagan, o con Bush, pero con aquellos, menos maleducados, tardamos un pelín en denostarlos.

Con Trump, no. Encuentro extraño que en la encuesta hecha por una firma británica el día de su toma de posesión, aún no había disparado su arma de firmar decretos, España fuera, dentro de 24 países examinados, aquel en que más gente consideraba que sería un mal presidente. Sólo un 16% de compatriotas lo aprobaban. (La media en los otros países era del 36%). Que detestáramos a Trump no ya más que cualquier país europeo sino que el propio México al que el nuevo presidente ha tratado muy toscamente te deja un poco turulato.

Carmena, con el adanismo de cierta izquierda, ya lo ha comparado nada menos que con Hitler, en España habría tres millones de firmas para que no nos visitara y varios escritores protestan airados porque Trump va a construir un muro en la frontera. Alguien comenta, solemnemente, que no sólo es un muro contra México «sino contra toda Suramérica». (¿Por qué contra?) Que nuestro gobierno es un paniaguado que no defiende a México. Rajoy, tenía que ser...

Seamos serios. Trump es inquietante, pero no podemos mostrar nuestra indignación sólo porque construya un muro en su territorio. Tiene el derecho y nosotros tenemos otro en Ceuta y Melilla.

Se me tachará de trumpista, pero creo que no ha llegado el momento de romper relaciones. Tiempo habrá.