María José Navarro
Dicotomía
La cosa sucedió a finales de junio, concretamente el día veintiséis. Mientras se celebraba un pleno de las Cortes andaluzas, tres cantaores interrumpieron a ritmo de fandango. Si tienen la oportunidad, no se lo pierdan. El vídeo está en YouTube y lo pueden encontrar si escriben «Acortando distancias». En él podrán contemplar cómo, mientras estaba interviniendo la socialista María del Mar Moreno, una mujer (que canta divinamente) se levanta desde la tribuna de invitados y se arranca. Pordioseando quieres tú verme, le entona a los señores diputados. La expulsan, la sacan, ella no se opone. La diputada continúa. Y de pronto canta un hombre, que sigue con la letra. Lo desalojan. María del Mar Moreno se atraganta, pierde la voz, y coge un caramelito. Y cuando está a puntito de seguir, se levanta otra mujer que, mientras acaba el fandango, acepta de buen grado que la saquen de la sala. Los tres pertenecen a un colectivo llamado Flo6x8, que se define como activista artístico situacionista performático folclórico y muy jondo y que usa el flamenco como forma de expresión contra el sistema. Unos frikis vaya, dirán Vds. Les vuelvo a invitar a que vean el vídeo. Les invito a que vean lo bien que sienta una protesta cuando se hace con gracia, con imaginación y con salero. Les invito a que comprueben el dilema moral que te crea y que oscila entre la necesidad de respeto a las instituciones y a la legalidad y el derecho al hartazgo. Y les invito también a observar cómo reaccionan los señores diputados autonómicos y algunos invitados ilustres ese día como Rosa Díez. Creo, sinceramente, que se retratan. No sé si son casta, pero hace rato que no escuchan.
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