Julián Redondo

El silencio de los corderos

La Federación ha declarado 2.180.000 euros de beneficios. El gachapazo brasileño ha afectado a la credibilidad de la Selección, no a la tesorería, entre otras razones porque los patrocinadores continúan creyendo en el equipo, como Villar en Del Bosque. Nunca le cuestionó; ni siquiera alguno de sus federativos, que, en tono amistoso y recurriendo a la experiencia de muchos años de fútbol, aconsejó al seleccionador que lo dejara después de la Eurocopa.

Pero del Bosque sigue y Guardiola ha felicitado a la Federación por mantenerle en su puesto. Tampoco en la Asamblea se alzó voz alguna para cuestionar la continuidad del entrenador; aunque lo sorprendente en este foro es que hable alguien que no sea Villar. Ahí todo es amén, hasta que la competición avanza, los árbitros se columpian y el sistema que en julio no presentaba grietas, en noviembre o diciembre, cuando algunos empiezan ya a ver las orejas al lobo, es una maldita ruina.

Cuando falla la planificación lo habitual es culpar al empedrado, no al responsable de los fichajes. Cuando los resultados son adversos, hasta el calendario, que el día del sorteo es casi perfecto, se lleva lo suyo. Sin embargo, el calendario sólo es caprichoso, como el destino, puro azar. ¿Quién iba a imaginar que sería el Madrid el que diera la alternativa a Luis Suárez en la Liga? Pues eso es lo que indican las fechas, el 26 de octubre, cuando cumple la sanción de la FIFA y el Real recibe al Barça. Distinto es que el uruguayo, a quien prohíben ejercer de futbolista y entrenarse con normalidad, esté en condiciones de debutar.