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Consiguen crear un nuevo hormigón gracias a un desecho que llevas en tu bolsillo: promete transformar la construcción

La búsqueda de materiales más sostenibles para la construcción ha dado un giro inesperado, tras encontrar que un desecho generado por la minería de litio podría convertirse en la base del hormigón del futuro

En las hormigoneras se mezclan los áridos, el cemento y el agua
En las hormigoneras se mezclan los áridos, el cemento y el agualarazon

En los últimos años, las investigaciones sobre materiales de construcción sostenibles han avanzado a un ritmo sorprendente, pues con la urgencia de reducir emisiones y frenar el impacto ambiental del sector, científicos de todo el mundo buscan alternativas al cemento tradicional, uno de los materiales más contaminantes producidos por el ser humano. Ahora, un grupo de investigadores australianos acaba de demostrar que la solución podría estar escondida en un residuo que usamos a diario sin darnos cuenta: el que deja la fabricación de baterías de litio.

Este desecho, generado durante el refinado del mineral que alimenta los móviles y coches eléctricos, suele terminar en vertederos, donde puede contaminar suelos y aguas subterráneas, pero el equipo del profesor Aliakbar Gholampour, de la Universidad de Flinders, descubrió que puede transformarse en un ingrediente clave para crear un hormigón más limpio, resistente y duradero. El estudio, recogido por Interesting Engineering, señala que este avance podría marcar un antes y un después en la forma en que construimos.

El material desarrollado no solo aprovecha un subproducto abundante, y problemático, de la minería de litio, sino que también mejora las propiedades mecánicas del hormigón geopolimérico, una alternativa cada vez más popular al cemento Portland, o que se produce en un contexto donde el mundo utiliza cerca de 25 000 millones de toneladas de hormigón cada año, cualquier innovación capaz de reducir su huella de carbono supone un paso enorme hacia una construcción más sostenible.

Un hormigón que convierte un residuo en un recurso valioso

El secreto está en la β-espodumena deslitiada (DβS), un residuo generado tras extraer litio del mineral original. Ahora, en lugar de desecharse, el equipo comprobó que este material no solo funciona como aditivo en hormigón geopolimérico, sino que refuerza su durabilidad, su resistencia a la compresión y su comportamiento frente a la humedad y los cambios térmicos.

Según Gholampour, este flujo de residuos “muestra un potencial enorme como materia prima sustentable” y podría convertirse en el puente entre la minería y la construcción dentro de una verdadera economía circular, e igualmente, los investigadores también identificaron las proporciones óptimas de activadores alcalinos que permiten aprovechar al máximo el rendimiento del nuevo hormigón.

Además de reducir la contaminación asociada a la acumulación de DβS, esta reutilización ofrece un beneficio adicional: abarata costes. Por su parte, el equipo destaca que reintroducir estos desechos en la cadena productiva evitaría impactos ambientales y, al mismo tiempo, daría lugar a estructuras más robustas y predecibles en el largo plazo.

Mientras tanto, los científicos ya trabajan en integrar impresión 3D y herramientas de aprendizaje automático para optimizar las mezclas según el entorno, dando un paso más hacia métodos de construcción adaptativos, inteligentes y con menor impacto ambiental.

El hallazgo abre una vía prometedora para transformar uno de los materiales más usados del planeta que, de lograr producirse a gran escala, este hormigón a base de residuos de litio podría convertirse en la base de una construcción más limpia, eficiente y alineada con la demanda global de sostenibilidad.

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