Ely del Valle

Entre mujeres

Hubo un entrenador de fútbol que me confesó en una ocasión que lo malo no es estar en entredicho sino que la gente piense que lo estás. Ana Botella está en esa tesitura. Estoy segura de que Rajoy no se acuesta cada noche pensando si la mantendrá o no como candidata al ayuntamiento de Madrid, sin embargo el runrún de que se le puede estar buscando sustituto/a ha corrido como la pólvora y eso no es bueno para ella. No sería la primera vez que un rumor se convierte en creencia y ésta, en certeza.

A Botella le quedan dos años por delante en los que, entre otras cosas, habrá que ver si la cirugía de unos posibles Juegos Olímpicos hacen olvidar al respetable la cornada del Madrid Arena. Ella, desde luego, está dispuesta a jugársela a esa carta, como ha demostrado en la entrega de las medallas de oro del Ayuntamiento, donde Madrid 2020 ha sido uno de los ejes de su discurso.

Entre el público asistente, además de ex alcaldes como Gallardón, Álvarez del Manzano y Barranco, y ministras como Ana Mato, de la que también se dice que podría ser la baza de Rajoy para presidir el PP de Madrid, estuvo Cristina Cifuentes. Puro morbo, oigan. Es la segunda vez que en menos de quince días, coinciden en un acto público la titular y la supuesta aspirante. Da lo mismo que la delegada niegue la mayor cada vez que se le pregunta. La idea de que Cifuentes puede ser la nueva Esperanza blanca –la mayúscula es intencionada– ha cundido entre el personal, que dicho sea de paso, a veces hasta acierta. Sea como fuere, entre mujeres anda el juego, o eso parece. Habrá que ver, de aquí al 2015, si san Isidro labrador, o en su defecto, Mariano Rajoy se decanta por alguna de las dos.