Ely del Valle
Falta de oxígeno
El PP ha ganado las elecciones, pero ha sido la victoria amarga de una derrota porque en el camino se ha dejado 8 escaños. Aún así la cosa tiene su mérito: ganar cuando la desafección hacia los políticos es manifiesta y no era fácil. Ahora lo que se tercia es el análisis sin careta, y por eso los resultados que han provocado el estallido de un PSOE empeñado en mantener la vajilla sin cambiar los platos rotos también deben llevar a la reflexión a quienes, pese a ser los más votados, han perdido un fuelle importante.
La diferencia entre populares y socialistas es que mientras que el votante de izquierdas ha dejado claro, votando a otras opciones, que no está dispuesto a seguir manteniendo vivo a un pollo sin cabeza, el de derechas ha optado por la abstención como castigo. Dicho de otra manera: al PSOE los suyos le han sacado la tarjeta roja y al PP, los propios, la amarilla. Por eso, el PP debería reflexionar sobre un par de cuestiones. La primera es que deben intentar recuperar credibilidad por otros caminos que nos sean exclusivamente la recuperación económica. Hay una mayoría de votantes que ha elegido una opción de izquierdas y eso, trasladado a unos comicios nacionales, les puede dejar en la cuneta. La segunda, que los medios de comunicación, esos que a menudo descuidan y hasta desprecian, pueden fabricar un partido de la nada que se lleve por delante cinco escaños. Se demostró en Andalucía, donde ya perdió el gobierno por la torpeza de infravalorar la influencia de la televisión autonómica, y se ha demostrado donde un producto mediático, sin ganar, se ha convertido en la revelación de unas elecciones en las que el PP ha llegado el primero, sí, pero con una falta peligrosa de oxígeno.
✕
Accede a tu cuenta para comentar