Julián García Candau

Grandes desmesuras

El Madrid tiene el mayor presupuesto del fútbol español. Es el club considerado más rico del mundo. Sus ingresos, por múltiples caminos, le garantizan, al menos de momento, el sostenimiento de sus inmensos gastos. Sus socios, presumiblemente, se sienten felices con la plantilla de grandes estrellas. Sus seguidores, que son muchos en el mundo, sienten euforia cada vez que el club consigue un título importante. Muchos aficionados, aficionados al fútbol simplemente, no deben ver con buenos ojos el manejo de tantos millones, lo cual casi se convierte en humillación para el resto de las sociedades futbolísticas del país.

Fue una desmesura pagar 95 millones de euros por el fichaje de Ronaldo. Es mayor desmesura anunciar que la renovación del contrato del jugador, para que se retire en el Bernabéu, le puede proporcionar once millones de euros anuales. No entra en la idea de los ciudadanos españoles que se llegue a pagar más de cien millones de euros, si se confirman las cifras, por el contrato de Gareth Bale, que aunque jugador importante, todavía no tiene el carisma y el «glamour» de los anteriores galácticos contratados por Florentino Pérez.

El Barça se gastó, si las cifras son exactas, 57 millones para fichar al brasileño Neymar y todo hace suponer que a Messi, tras los tropiezos con Hacienda, le acabará aumentando el contrato para que siga siendo, dada su catalogación de mejor jugador del mundo, también el poseedor del mejor contrato del universo futbolístico.

En país en grave crisis económica, el manejo de las cifras del fútbol, lógicamente, provoca crispaciones.

Posdata. ¿Habrá sentencias ejemplares si se confirman las manipulaciones?