Reyes Monforte
Líder
Se le podrán discutir muchas cosas, pero no su condición de líder. Y no un líder a secas, uno descafeinado, de esos de cartón piedra a los que desgraciadamente estamos tan acostumbrados a sufrir hoy en día , cuando mas necesitados estamos de alguien que hable claro y abiertamente. No se sí con el Papa Francisco ha nacido una estrella, como dicen muchos, pero maneras apunta. Su chofer confunde el trayecto y el aprovecha el error para saludar a los que se agolpan sobre su coche, protagoniza humildemente la portada de la publicación por la que todos matan, los niños se acercan a besarle y no al revés, y su obsesión por la cercanía es tan notoria como su afán por cambiar los zapatos de Prada de su antecesor por las consabidas sandalias del pescador. Pero en plena era de la imagen, lejos de conformarse con los gestos se atreve también con las palabras y las pronuncia desde un púlpito que muchos evitan pisar: la calle. Ayer, en uno de los escenarios más difíciles y complejos que existen, y no en un hotel cinco estrellas ni en un cómodo y seguro salón pavimentado en tonos dorados, el Papa Francisco hablo de promover una mayor justicia, de educar en los valores de la vida común, de tender la mano a los que lo necesitan, y de esperanza en el futuro. No se sí esas palabras corresponden a un líder religioso, pero se agradecerían mucho en boca de cualquier líder político. El Papa Francisco da la cara, la mano y la palabra, lo que dentro del paupérrimo catálogo de líderes que tenemos es de agradecer. Esperemos que haga y marque el camino a otros que también se llaman líderes.
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