Arte, Cultura y Espectáculos

Litigios

La Razón
La RazónLa Razón

En fútbol dos más dos no siempre suman cuatro. Parece elemental que el Barça meterá en cintura al Espanyol. El Camp Nou le protege, pero como en partidos anteriores le ha delatado la reserva de combustible, duerme con un ojo abierto. Necesita al público para que le recuerde que no juega Tamudo. Hay mucha diferencia entre azulgranas y periquitos. También una tensa rivalidad que esta temporada ha cruzado la frontera de la buena educación. Uno necesita la victoria, el título está en juego; otro, un punto para curar el vértigo que produce la Segunda.

El problema del Atlético y del Madrid no es el adversario sino su capacidad para no caer en la autocomplacencia una vez obtenido el billete para Milán. Simeone no ha conseguido derrotar al Levante en su feudo, quizá en esta ocasión cambie la tendencia porque juega contra el condenado. Dice Filipe Luis que el equipo nunca ha estado a estas alturas en una condición física tan excelente. Eso es lo que hay que vigilar. Que no decaiga; pero sería fatal un descuido contra alguien relajado porque lo tiene todo perdido.

El tercero del litigio es el Real Madrid, a un punto de ambos líderes. Recibe al Valencia, distendido, sin presión, ávido de pasar página y olvidar un curso catastrófico. Pero es el Valencia, un rival incómodo con una enconada afición que ni olvida ni perdona y que cada día exige venganza por el traspaso de Mijatovic. Otra prueba de fuego para Zidane, un astro de antaño que, desde el remanso de responsabilidad del Castilla, cayó en un balde de agua hirviendo para hacer historia y aterrizó en la sala de prensa con una sencillez y un poder de convicción cautivadores. Al cabo de cuatro meses, hierve en la Liga. Lo sabe.