Agustín de Grado

Reeducados

ETA amenazó y mató a muchos para atemorizar. Y, sobre todo, para domesticar conciencias. En el PSE este proceso ha culminado. Los socialistas vascos ya no son libres. Son esclavos del miedo. Han sido reeducados». La descripción es de Maite Pagazartundua, entrevistada en Telemadrid. Ex diputada socialista y víctima de ETA (su hermano, también socialista, fue asesinado en 2003), de expresión serena y fortaleza ética, Maite Pagaza encaja seguramente en el marco de lo que el joven comunista Alberto Garzón considera como un ultra. Esto es, alguien que se felicita de que la Guardia Civil, a las órdenes de un juez, detenga delincuentes en vez de firmar declaraciones junto a los amigos de ETA tildando la operación como obstáculo para la paz. Esta concepción del mundo al revés compartida por terroristas, cómplices, comunistas y socialistas (aún no he escuchado aRubalcaba desautorizar a sus compañeros de San Sebastián) es uno de los triunfos de ETA. Que ya no mata, sí. Pero que ha logrado imponer en la sociedad vasca, y en gran parte de la del resto de España, lo que el profesor Rogelio Alonso define como una «atmósfera exculpatoria del terrorismo». ETA no mataba por matar: perseguía objetivos políticos. No los ha conseguido todos, es verdad. Pero desde las instituciones podrá seguir en la lucha por el poder, que es en lo que está desde que emprendiera su camino criminal hace 50 años segando la vida de Begoña, una niña de 22 meses. La estrategia exclusivamente política de los proetarras está siendo aplaudida por muchos. Otro triunfo de ETA: que concedamos a su proyecto liberticida una legitimidad democrática. Nos arrepentiremos en el futuro.