Política

Carmen Enríquez

Unidos para siempre...

Unidos para siempre...
Unidos para siempre...larazon

Mientras la Infanta Cristina cumplía con su obligación de declarar ante la Justicia, Iñaki Urdangarín se aplicaba en su tarea de padre de familia y permanecía junto a sus hijos en su residencia de la capital suiza. Los hijos de los duques de Palma, que han sido objeto de la curiosidad a veces morbosa de determinados medios de comunicación que les han sometido a una constante vigilancia, no se han sentido solos en un día tan especial como el de ayer gracias a contar con la presencia de su padre. No hay que olvidar que los hijos mayores de la pareja tienen edad más que suficiente para estar al tanto de la situación que están viviendo sus padres y sus dificultades ante la Administración de Justicia. La preocupación de Doña Cristina e Iñaki por sus hijos ha sido evidente siempre y está claro que mantener a su propia familia unida ha sido prioridad absoluta para el matrimonio en el que el amor y la confianza mutua parecen permanecer intactos.

Porque aunque comprendo que haya gente escéptica que no termina de creer que la relación de la Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, es firme y sólida como una roca, después de todos los avatares que han enfrentado en los últimos tres años, lo cierto es que su amor prevalece por encima de todo y eso no tiene aspecto de que vaya a cambiar. El compromiso que Doña Cristina e Iñaki Urdangarín establecieron ante el altar mayor de la catedral de Barcelona el 4 de octubre de 1997 de permanecer juntos hasta que la muerte los separe ha estado por encima de los problemas que ha tenido que encarar la pareja recientemente. Cuando los rumores de que la relación matrimonial de ambos estaba a punto de naufragar, debido a los graves problemas derivados de la imputación del duque de Palma primero y de la Infanta después, y los «entendidos» pronosticaban un inminente divorcio de la pareja, personas próximas a ellos se encargaban de desmentir la separación y afirmar que estaban tan unidos como siempre y muy alejados de romper una relación que lleva vigente más de dieciséis años.

En momentos como los actuales, en los que los matrimonios duran menos que nunca y se disuelven a la primera dificultad, los duques de Palma han optado por seguir juntos y seguir haciendo frente unidos a todas las adversidades que aún queden por llegar.