Julián García Candau

Vamos de «quinta yé-yé»

El madridismo sueña con una nueva quinta. La aportación de canteranos a la plantilla se ha convertido en sueño. Es el componente de los Pavones que predicó Florentino Pérez.

El madridismo disfrutó con aquel grupo de jugadores de la Ciudad Deportiva en la que Martín Vázquez y Míchel, los mejores del grupo, le cedieron el título de la quinta a Butragueño. El madridismo no ha sido proclive a pedir la promoción de jugadores de casa. Sobre todo, porque se les acaba exigiendo mucho más que a los foráneos. Aquel elenco de grandes futbolistas triunfó en las competiciones nacionales y no logró el gran objetivo de una nueva Copa de Europa ante la desesperación del presidente Ramón Mendoza, que abandonó el club sin lograr el preciado objetivo.

Las conquistas continentales volvieron cuando en el equipo hubo figuras extranjeras como Figo, Zidane y Ronaldo. Sin embargo, si la memoria no fuera tan flaca tal vez se recordaría que la gran quinta fue la que ganó la sexta. Fue el equipo bautizado como «ye-yé». (Betancor; Calpe (Miera) De Felipe, Sanchis; Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento). Con Miguel Muñoz, castizo y sabio, en el banquillo.

La ventaja que puede tener la presente generación de futbolistas nacionales, de Valdebebas u otros lares, es la aportación de figuras estelares como Cristiano Ronaldo. Con un equipo cuajado, con futbolistas de contrastada calidad no sería extraño que los Carvajal, Nacho, Morata, Jesé, Isco e Illaramendi además de triunfar, le dieran al equipo el tinte nacional que ha necesitado en las últimas temporadas. Aquí han jugado Benzema e Higuaín y podríamos discutir sobre sus ventajas sobre los españoles Negredo y Soldado y quizá no las halláramos.

Posdata. El problema son las exigencias. Ahora, se vive más del mercado que de la producción propia.