Opinión
Cómo convertir un triunfo en un esperpento
«Nada nuevo bajo el sol» es constatar la condición humana, que durante años ha aplaudido al personaje Rubiales para ahora hacer leña del árbol caído en un indecoroso ejercicio de funambulismo personal.
El que lo sucedido entre la jugadora conocida como Jenni y el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, haya llegado hasta la ONU, demuestra que el occidente actual definitivamente ha perdido la cabeza. Pero por si eso fuera poco –que obviamente no lo es– hay algo más a extraer como lección de lo ocurrido y que acredita el poder de determinados lobbys que con los grandes medios de comunicación a su servicio son capaces de crear un súbito estado de opinión en favor de sus intereses con una campaña muy bien planificada sin duda. El (presunto) feminismo, radical e ideológico, al servicio de la ideología lgtbiq+ ya tiene un nuevo mito para avanzar en la transformación del Orden que se construyó sobre el trípode de Roma, Grecia y Jerusalén. Ya dejamos clara la posición al respecto, al constatar –tras la poco edificante hoja de servicios anterior de Rubiales, protegido de Moncloa– que su lamentable comportamiento en el Palco de Sídney al finalizar el partido, era incompatible con esa cualificada representación que ostentaba. Aquella obscena imagen es inimaginable en cualquier persona con un mínimo de educación y resulta inaceptable en un dignatario que ostenta una representación oficial de España. Sentado esto, la falta de criterio y aparentes convicciones por parte de tantos protagonistas de lo sucedido –y sobre todo, de lo que sigue sucediendo desde entonces– resulta descorazonador. «Nada nuevo bajo el sol» es constatar la condición humana, que durante años ha aplaudido al personaje Rubiales para ahora hacer leña del árbol caído en un indecoroso ejercicio de funambulismo personal. Las jugadoras, campeonas mundiales, que en el autobús y tras el partido expresaban su alegría y jolgorio con el «pico del Rubi y la Jenni», mientras Jenni, bebiendo champagne (o cava) a «morro», lo lideraba, ahora resulta que se sienten víctimas del machismo, cuando de quienes son víctimas es de ese lobby. Lo que debía ser una satisfacción generalizada por el extraordinario triunfo deportivo de las jugadoras de nuestra selección, se ha convertido en una lamentable campaña de desprestigio nacional que incluso puede suponer la pérdida del Mundial de fútbol (masculino) de 2030. El poder oculto en la sombra, aunque perfectamente identificado, promotor del NOM y de su tránsito hacia él con su Agenda y sus 17 ODS como ruta de dirección obligatoria para todos los gobiernos, ha aprovechado la conducta de Rubiales para acelerar su Agenda. Solo falta que este triunfo del fútbol español implique la pérdida de nuestra candidatura al mundial 2030. Y mientras, Sánchez negociando lo suyo en la oscuridad.
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