El trípode

No una crisis sino un absoluto caos

Sánchez aseguró que «se investigará hasta el final para impedir que esto se repita». Lo que afirmado por él sin duda es toda una garantía

El 28 de abril de 2025 es una fecha situada ya en la Historia de España y que será recordada como la de un caos sin precedentes. El detonante fue un masivo apagón eléctrico a las 12.32h, eventualidad que había sido rotundamente negada como posible y calificada incluso de un «gran bulo» por un medio radiofónico sanchista. Una referencia necesaria al respecto sucedió en septiembre de 2022, cuando la guerra en Ucrania, comenzada en Febrero, motivó que se hablara de la posibilidad de una crisis energética. Y para desmentirla, Sánchez compareció ante el Pleno del Senado. Sus afirmaciones se le vuelven una vez más contra él por su absoluta incompatibilidad con la defensa de la verdad: «No habrán apagones de electricidad ni racionamiento de bombonas de butano, ni ninguna de esas escenas apocalípticas que evocan la bancada de la derecha y la ultraderecha… junto a los medios de comunicación que jalean esas noticias y esos mensajes». Anteayer, y sin haber nadie evocado previamente ninguna escena apocalíptica, vivimos un caos como no se recordaba en España. Una ex ministra de Vivienda con Zapatero y ahora presidenta de Red Eléctrica también había asegurado en entrevistas ahora viralizadas en las redes que «el riesgo de un apagón masivo de luz era inexistente en España». Lo sucedido no fue solo un masivo apagón de luz, sino que ha venido acompañado de un absoluto «apagón informativo», algo impropio de una democracia y de un país desarrollado. Y hablando de medios que jalean esas noticias es oportuno recordar unas enfáticas afirmaciones del Jefe de Economía de la SER: «El miedo a un gran apagón es un miedo infundado. Es un gran bulo». Para añadir que: «España no tiene ningún riesgo de un gran apagón: ni por capacidad, ni por generación ni por distribución, absolutamente nada, apunta en esa dirección…» Con estos ejemplos, basta y sobra para conocer la credibilidad de los progresistas sanchistas en cuyas manos está la gestión y la información sobre este caos sin precedentes. El «transparente» Sánchez no dio la cara hasta casi seis horas después y para decir que no se descartaba ninguna hipótesis respecto a la causa de tal caos; y para que no hubiera dudas incluso dijo que el gobierno mantenía comunicación entre otras instancias con la OTAN. Volvió a salir otras cinco horas más tarde para repetir lo mismo y así hasta hoy, incluyendo el Consejo de Seguridad Nacional presidido ayer por el Rey… en la Moncloa. Para ser fiel a sí mismo, Sánchez aseguró que «se investigará hasta el final para impedir que esto se repita». Lo que afirmado por él sin duda es toda una garantía.