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Las correcciones

«Daddy» Trump no es el pagafantas de Sánchez

El presidente se ve como Don Quijote pero en Europa le ven como un líder débil incapaz de cumplir con sus compromisos

La cumbre de la OTAN en La Haya estuvo diseñada al milímetro para ganarse la confianza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y disipar las dudas sobre su compromiso con el Artículo 5 de la Alianza Atlántica y la protección de Europa en caso de sufrir una invasión militar como la de Ucrania. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, centró la cumbre en el gasto en defensa exclusivamente para satisfacer las viejas demandas del inquilino de la Casa Blanca y servir en bandeja una «victoria para Estados Unidos».

Es cierto que algunos aliados se sintieron incómodos con los elogios excesivos de Rutte hacia Trump, al que llegó a llamar «daddy» («papi»), pero ese lenguaje amable, e incluso servicial, surtió efecto y logró atar (por el momento) la permanencia de Estados Unidos en la OTAN. Todos los aliados hicieron posible este alineamiento salvo España que decidió quedarse al margen. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue el único que rompió filas y se negó a cumplir con la exigencia del 5% desatando la ira de Trump quien calificó a España de «terrible» y amenazó con «hacerles pagar el doble» en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. Sánchez se ve a sí mismo como un Don Quijote, pero desde Europa le ven como un líder débil al borde del colapso. Atrás quedan los titulares de la prensa internacional que le calificaban de «Mr. Guapo» y ahora lo que trasciende de él es la corrupción de guante blanco que afecta a su círculo más íntimo. «El fin del hombre limpio», tituló recientemente el semanario «Spiegel». La revista alemana se pregunta si los escándalos de sobornos, prostitutas y grabaciones terminarán o no, con uno de los últimos gobiernos de izquierda de la Europa occidental. Nadie se arriesga a apostar por su continuidad.

En Europa, sin embargo, sí hay una sensación de que se puede y se debe hacer más para garantizar la defensa del continente frente a las amenazas de Rusia o China. «Pondremos nuestro dinero donde está nuestra boca», dijo el canciller alemán Friedrich Merz tras acordar la declaración final de la cumbre de La Haya. A diferencia de su predecesor, Olaf Scholz, el nuevo canciller alemán está decidido a proyectar una imagen más firme de Alemania en los escenarios europeo y mundial, y a armar a Ucrania de forma más continuada en el medio y largo plazo. La «coalición de voluntarios» liderada por Keir Starmer, Emmanuel Macron y Friedrich Merz debe escenificar su respaldo inquebrantable con la seguridad dentro de la OTAN y la UE. La relajación de las reglas fiscales en Alemania va a permitir un mayor endeudamiento de la primera economía europea. Las grandes empresas de ingeniería y automoción alemanas están considerando reorientar sus fábricas con fines de defensa. «Esto permitirá a Alemania producir más armamento, enviar más armas a Ucrania y tener una mayor visibilidad en el liderazgo europeo», explica John Kampfner, escritor, periodista e investigador en el Instituto de Estudios Avanzados de Berlín, al Chatham House. La ambivalencia de Estados Unidos y la agresión de Rusia en Ucrania han puesto a prueba a la Alianza Atlántica en estos años. Es hora de que Europa dé un paso al frente y asegure, de este modo, que los americanos siguen de nuestro lado.