
Caso Errejón
Diccionario del caso Errejón
Si construyen un castillo de embustes, se les puede venir encima…. Todos estamos expuestos a la fatalidad.
Ambición: Errejón ha resultado (y no me ha sorprendido) un narciso común que manipula a las personas (y las ideas), que practica la doble vida y se mueve bajo la brújula de la vanidad y la ambición. No es el único, que para ser político... Tan solo el hecho de querer serlo ya es un sesgo elocuente, el diagnostico de un individuo sediento de poder.
Cinismo: “El cuerpo femenino es soberanía exclusiva de las mujeres”. Estas y otras declaraciones feministas fueron habituales en la exitosa carrera de Errejón, y las agradecemos, aunque fueran artefactos con el único objetivo de hacerle medrar social y económicamente, instrumentalizando la causa de la igualdad. Lo que ocurre con el asunto de lo políticamente correcto y el lacerante buenismo de la izquierda española e internacional (y de todos los virtuosos del universo…), lo he comentado hasta la saciedad, es que nadie es más papista que el papa, que “Aliado, el que tengo aquí colgado”, que detrás de la superioridad moral (en feminismo, en catolicismo, en ecologismo…) siempre se esconde lo peor… Que solo hay algo más irritante para una mujer moderna que un machista y es la actitud opuesta, me refiero a los que impostan su feminismo. Caterva de turbios, pagafantas ideológicos por poderes. Al machista lo ves llegar, con su cultura casposa y hedionda, pero la fiabilidad de un aliade, es inversamente proporcional, créanme, a la pasión que le pone a su dramaturgia.
Cobardía: Me resulta intolerable el fenómeno de la masa enfurecida, de la turba cruel cargada de antorchas y palos, presta a desguazar en plaza pública al reo. Un cuerpo en el suelo (hoy Errejón, que caliente el próximo) al que todos, más cuanto más imbéciles, se aproximan a propinar la enésima coz, como cuando se exhibía el cuerpo de Lola Flores y hacían cola para darle un beso al cristal del ataúd… Es interesante y aterrador hasta qué punto el género humano en grupo, pierde la conciencia de responsabilidad ¡qué tontos y zafios somos! ¡Sí, es un capullo! Un mentiroso, sí, ha perseguido con saña y oportunismo a otros que cayeron antes que él…¡Sí! Pero, ¿quién eres tú? Apuntalando tu quebradiza identidad en la banda enfurecida…Reconstruyendo tu (frágil) ego sobre la mierda del prójimo…
Gazmoñería: ¡Que antipatía le tengo yo al virtuoso! Al severo, al inflexible, al Torquemada del siglo XXI, al puritano progre (el otro, el de derechas, da bastante menos grima, es más coherente), mucho más siniestro que el medieval. Al de “mis sales” al que señala especialmente los pecados de “cintura para abajo”… Un fenómeno ¡tan paleto! Y Errejón, erigido y ordenado en su Santo Patrón, uno de los mayores inquisidores que se han paseado por España, señalando a Rubiales, manipulando a la buena de Jenny Hermoso (heroína de la sumisión); habría que buscar lo que dijo de “Carlos Vermut”, si se rasgó las vestiduras, fariseo evidente, o si, por el contrario, algo dentro de sí le sugirió silencio y contención, no por prudencia ni compasión, no por defender principios elevados, sino por miedo, por temor del más mezquino.
Hipocresía: No solo Errejón, la hemeroteca se nutre de casos como el del ex presidente de Argentina, ya saben, presuntamente golpeaba y denigraba a su expareja Fabiola Yáñez, y madre de su hijo, mientras se autonombraba el defensor del feminismo argentino, el primero y más fuerte protector de los derechos de las féminas. Algo muy parecido al caso de nuestro bello presidente y su familia, defendiendo los valores socialistas y embadurnados de fango hasta las orejas por asuntos y tejemanejes siempre relacionados con su enriquecimiento personal.
Sufrimiento: Porque el sufrimiento físico lo tiene, pero el sufrimiento psíquico no tiene límite. Eso me dijo una vez el psiquiatra Miguel Segurado, que en paz descanse, el de Leopoldo Panero y el padre de mi mejor amigo. No quiero ni imaginar lo que estará pasando ahora mismo (el gilipollas de) Errejón. Perderlo todo en un segundo, trabajar duro, (pisar cabezas) llegar, creértelo y que todo se hunda en un segundo, con el agravante de que te lo has cargado tú. Porque no ha sido una explosión nuclear, no, y aquí aparece la culpa,¿qué he hecho? Por muy psicopatilla que uno sea. Lo imagino esnifando benzodiazepinas. Me apena su situación, pienso en su madre, más que en las “víctimas”.
Virtuosismo: El cura, el comunista y el aliado tienen algo en común. Hay un hecho indiscutible que los une y satiriza, y es su condición de humanos, donde, fuera de lo emocional, no se puede tomar una en serio el virtuosismo de ninguno de los tres, porque, ningún Hombre está a la altura de la ejemplaridad que requiere el verdadero celibato, el desapego material ni, por supuesto, el verdadero y genuino interés por la igualdad (desprendiéndose de su biología y privilegios por las buenas). Ténganlo en cuenta, señores, si construyen un castillo de embustes, se les puede venir encima…. Todos estamos expuestos a la fatalidad.
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