Sin Perdón
El discurso vacío de contenido de Sánchez
«Los Lopeces o Contreras que lo ponían a parir son ahora sus más fervientes defensores. Es la vida, todo por la pasta o los cargos»
Su osadía es asombrosa, aunque lo interesante es que marca el camino que ha elegido para aguantar hasta 2027. Es la estrategia del relato sin importar la verdad, la coherencia, el rigor y la eficacia. Su comparecencia fue tan inconsistente como innecesaria. A estas alturas seguimos sumidos en la más absoluta oscuridad sobre el gran apagón, el caos ferroviario o el gasto militar. Es el sanchismo en estado puro. Es ejercer de oposición de la oposición con largos discursos que aburren hasta las ovejas y más cuando asume la impostura de dar lecciones sobre el sector eléctrico. Los guionistas de La Moncloa, como si fuera una de esas series o películas en las que trabajaban, organizan un discurso que pretende esconder la ineficacia gubernamental. Con la situación que sufre su gobierno y los escándalos de corrupción es muy osado atacar al PP, pero es bueno tener muy presente que se siente cómodo en el barro. Fue un discurso vacío de contenido, pretencioso en la parte técnica, teniendo en cuenta que no tiene formación en la materia, y trufado de sus habituales ataques contra sus demonios interiores como son Feijóo, que le ha derrotado en las urnas, o las empresas eléctricas.
La autocomplacencia es otra marca de la casa. A las ministras y los ministros solo les faltaba llevar una camiseta con «I Love Pedro», aunque no sé si es bueno darles ideas porque María Jesús Montero es capaz de ponérsela para demostrar su lealtad. Por supuesto, tendría que competir con Grande-Marlaska y Morant, que copresiden el comité de fans de Sánchez. Es siempre efectista que los escribidores monclovitas acudan a la arqueología para encontrar argumentos para descalificar a la oposición y no asumir responsabilidades. En cualquier momento se remontarán a Atapuerca, aunque ya sabemos que Sánchez es el líder más deslumbrante de nuestro país desde aquellos días. Uno de los problemas de la nueva política es la irrupción de los cortesanos. Lo hacen a un nivel que eclipsa al Antiguo Régimen. Están encantados de haber conocido a Sánchez, aunque muchos fueran en el pasado sus más feroces detractores. Los Lopeces o Contreras que lo ponían a parir son ahora sus más fervientes defensores. Es la vida, todo por la pasta o los cargos.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)