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DOGE

La primera economía mundial tiene un enorme potencial para crecer a tasas muchísimo más rápidas si políticos y burócratas aflojan sus onerosas cadenas

Una de las propuestas más deslumbrantes de cuantas ha efectuado Donald Trump hasta el momento, como presidente electo, ha sido la creación de un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), dirigido por Elon Musk y Vivek Ramaswamy. El objetivo de este departamento será triple: primero, detectar aquellas partidas del presupuesto que son ineficientes, superfluas o redundantes para así poder eliminarlas y mejorar la solvencia de un gobierno federal enormemente endeudado; segundo, desregular la economía estadounidense para desatar el potencial de muchos sectores económicos hoy asfixiados por la bota normativa del Estado; y tercero, desburocratizar la administración pública federal para que menor cantidad de políticos y funcionarios puedan ejercer un control arbitrario sobre las empresas nacionales. En palabras del propio Donald Trump: «Elon Musk y Vivek Ramaswamy pavimentarán el camino para que mi gobierno desmantele la burocracia estatal, pode el exceso de regulaciones, recorte el despilfarro público y reorganice los organismos federales (…). Estamos ante un proyecto político con el potencial de convertirse en el Proyecto Manhattan de nuestra era». Queda clara, pues, la importancia que, al menos retóricamente, Trump le otorga a esta parte de su agenda política. Y, desde luego, no es para menos. La primera economía mundial tiene un enorme potencial para crecer a tasas muchísimo más rápidas si políticos y burócratas aflojan sus onerosas cadenas. El problema es que, hasta el momento, nadie había emprendido seriamente un plan de este calibre porque las regulaciones suelen ser fruto de pactos entre la oligarquía política y los grupos de interés, de ahí que sea muy difícil eliminarla a gran escala (existen muchísimos intereses en que ese proceso liberalizador no tenga lugar). Confiemos en que, tras el esperanzador ejemplo que nos está ofreciendo el caso argentino (de hecho, la inspiración de este Departamento de Eficiencia Gubernamental de Trump es el Ministerio de Desregulación creado por Milei y a cuyo frente se halla Federico Sturzenegger), en esta ocasión Musk y Ramaswamy sí consigan concluir su misión. No sólo lo agradecerá la economía de EEUU, sino también la del resto del mundo: si EEUU lidera este noble esfuerzo desregulador, otros Estados europeos acabarán siguiendo el mismo camino. Después de décadas de creciente estatismo, quizá –sólo quizá– el péndulo esté empezando a moverse hacia el otro lado.