Caso Gürtel

Claridad ante intoxicación

El «caso Bárcenas» ha llegado a ese punto de confusión en el que se requiere mantener las ideas muy claras para no dejarse llevar por intoxicaciones informativas muy interesadas. Y el primer interesado en ellas es, precisamente, el protagonista, el ex tesorero del PP Luis Bárcenas. Las confesiones sin prueba alguna de financiación ilegal es evidente que sólo buscan derivar las responsabilidades personales, que es de lo que debe dar cuenta y por las que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz está instruyendo el sumario y cumple, de momento, prisión preventiva. Los que han estado desde hace cuatro años siguiendo el caso saben que está plagado de contradicciones, incluso mentiras. Bárcenas tendría que aclarar el origen de su escandalosa fortuna y con respecto a los rumores debería probar de forma clara e inequívoca esas acusaciones. Los abogados de Bárcenas, Alfonso Trallero y Miguel Bajo, han anunciado que renuncian a su defensa al haber perdido la confianza en el cliente. Es el punto final a una relación tortuosa en la que Bárcenas ha puesto por su cuenta una línea de defensa basada en filtrar rumores sobre financiación ilegal de su antiguo partido, en contra de la línea más adecuada para sus intereses que mantenían los letrados. No es suficiente ni su palabra ni papeles de origen incierto. No era el primer caso: también se filtraron unas fotocopias conocidas como los «papeles de Bárcenas», ocultó que tenía cuentas en bancos suizos, que se acogió a una amnistía fiscal a través de sociedades o, por último, se ha dedicado a dar información que sencillamente perjudicaba a su defensa penal. Tan en su contra se ha puesto esta defensa que el ex tesorero tendrá que pagar a un abogado de oficio, si no designa a un nuevo letrado en los próximos días, algo que ha llegado en el peor momento porque ahora tendrá que dar cuenta ante el juez Ruz, según ha pedido –y apoya la Fiscalía Anticorrupción– , de sus acusaciones públicas de financiación ilegal. La última acción legal ejercida por sus ex abogados es la de recurrir ayer la imposición por parte del juez Pablo Ruz de una fianza de 43,2 millones de euros en concepto de responsabilidad civil. Bárcenas no es una persona creíble y su palabra debe quedar en cuarentena. Hasta que el juez no clarifique del todo su responsabilidad, no se puede dar carta de naturaleza a sus acusaciones. Desde la sede del PP, su secretaria general, María Dolores de Cospedal, fue clara: «Las mentiras no se documentan». Es decir, sobre una mentira, no se puede levantar una causa. Recordó, además, que el «caso Gürtel» «se beneficiaba y aprovechaba de cierta parte de la estructura del PP», por lo que es el propio partido el primer interesado en aclarar el caso, de ahí que haya realizado un ejercicio de transparencia en su contabilidad que, por lo menos, debería ser imitado por otros partidos políticos porque lo pide la sociedad española.