Cargando...

Sin Perdón

¿Los españoles quieren la amnistía?

«Se fraguó una de esas alianzas parlamentarias que se reducen a saquear España y erosionar el Estado de Derecho»

Al margen de las consideraciones jurídicas y éticas, la realidad es que la amnistía provoca un enorme rechazo social. Todo el mundo sabe que es el precio que pagó Sánchez para comprar la presidencia. El resultado de las urnas ofreció una clara mayoría de centro derecha. Eso de la mayoría progresista es una de las frívolas chorradas de la propaganda sanchista. Es bueno recordar que Puigdemont y Ortuzar son más de derechas que Feijóo y que, incluso, Abascal. Otra cosa es que al segundo le convenga que el PNV haga algún guiño de izquierdas, pero es una derecha patriótica como Vox, aunque separada por el soberanismo. Una vez constatado que Sánchez tenía una oportunidad si se humillaba ante Junts, ERC, PNV y Bildu se fraguó una de esas alianzas parlamentarias que se reducen a saquear España, destruir la separación de poderes y erosionar el Estado de Derecho. Nada conviene más a los independentistas que un gobierno débil. Decenas de miles de españoles salieron ayer a la calle para rechazar la indignidad de la proposición de ley de Amnistía, pero a Sánchez no le importa porque solo hace unos meses hubiera podido ser, perfectamente, uno de esos manifestantes.

No creo que la Historia trate bien al actual inquilino de La Moncloa. Es cierto que debe pensar que su cargo es para siempre, pero no es verdad. En primer lugar, será recordado por la amnistía. Es algo que le acompañará siempre, porque ha sido una decisión basada en mentiras y se ha pactado de conformidad a las instrucciones de los delincuentes políticos. No es ni un acto de fuerza ni de generosidad, sino una lamentable renuncia de los principios políticos y éticos para conseguir una investidura. Es el vicio de origen de una norma que compra el relato de los que se rebelaron contra el ordenamiento constitucional y estatutario. Tanto el preámbulo como el texto articulado son un conjunto de zafias mentiras elaboradas con una técnica jurídica deleznable que produce vergüenza ajena. A estas alturas no sabemos quién es el autor intelectual de semejante chapuza. Es cierto que Sánchez no tiene que preocuparse de su manifiesta inconstitucionalidad, porque ya está Conde-Pumpido y sus ayudantes Segoviano, Balaguer y Díez para declararla constitucional. No importa el contenido, solo servir al sanchismo. Por supuesto, todos serán recompensados.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).

Cargando...