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Fotogramas sevillanos

Hiperactivo y trabajador incansable, había en su humor un deje muy sevillano, amigo de la paradoja y del contraste, que nos hace lamentar que, al final, la vida no le diera el tiempo necesario para hacer la película sobre Sevilla que siempre quiso hacer

Si pertenece usted a la cofradía de los que consideramos a los seres humanos tan terroríficamente entrañables como trágicamente risibles, debe descubrir sin más tardanza la obra de Manuel Summers. Ahora tiene una excelente ocasión para hacerlo a través del completísimo documental «Summers el rebelde» de Miguel Olid que se puede ver en la plataforma Canal Sur Más.

Dibujante, humorista, actor y cineasta, Manuel Summers cumplió a pies juntillas el código del verdadero artista creativo. Es un código que se ha mantenido a través de los siglos y que siempre consistió en explorar la vida humana y señalarle al poder sus vergüenzas. Repartió su obra entre proyectos de genio muy personal, enormemente inteligentes, que a veces le hicieron perder mucho dinero, y películas comerciales para capitalizarse que conocieron un gran éxito populachero de público. Destacable de Summers es que alcanzó el máximo orgullo de cualquier artista que tenga sangre en las venas: conseguir que los de izquierdas te llamen facha y los de derechas te llamen rojo. Y, por supuesto, burlarte de ambos y seguir siendo un ácrata apacible.

Hiperactivo y trabajador incansable, había en su humor un deje muy sevillano, amigo de la paradoja y del contraste, que nos hace lamentar que, al final, la vida no le diera el tiempo necesario para hacer la película sobre Sevilla que siempre quiso hacer. Se le llamó niño mimado del franquismo porque fue hijo de un gobernador civil. Pero también lo fue Pilar Miró y nadie por ello la acusó de algo semejante. Si Summers fue tratado con tal saña por el progrerío de la época fue por ser un antipedante beligerante y un individualista irreductible.

Por fin, a 30 años de su muerte, la filmoteca le rendirá el mes que viene homenaje y, gracias a iniciativas como las de Miguel Olid, va recuperando afortunadamente su sitio en la historia de nuestro cine.