Historias del mundo

El Gobierno que te viste

«El régimen chino quiere multar a los que lleven prendas que socaven el espíritu de la nación»

Primero son los padres que con tanta ilusión visten y desvisten. Después, cuando se logra cierta autonomía, uno mismo elige su ropa diaria, dando más importancia a los colores favoritos que a cualquier moda. Las tribus urbanas, los amigos y, sobre todo, la geografía, marcan el estilo de uno. Poco a poco se va fraguando una personalidad ligada a la indumentaria. Luego, cuando uno madura es el poder adquisitivo, las tendencias (o la ausencia absoluta de ellas) y el tiempo libre lo que define el atuendo diario de cada uno. Pero estamos en 2023 y hay excepciones. En algunos lugares del mundo, los Gobiernos también dictan la moda.

La semana que viene se cumplirá el triste aniversario de la muerte de Mahsa Amini a manos de la Policía de la moral, lo que nos recuerda que en Irán las mujeres deben vestir con total decoro y llevar el hiyab. Mientras que, en Francia, en una apuesta por la laicidad, esta semana se ha debatido intensamente la prohibición de las abayas, la túnica islámica, en el inicio del curso escolar.

También las autoridades del gigante asiático se van a subir al carro de elegir el fondo de armario de los ciudadanos de China. Un nuevo proyecto de ley prohibirá «hablar y vestir en detrimento del espíritu del pueblo chino». Aquellos que porten u obliguen a otros a llevar «prendas y símbolos que socaven el espíritu o hieran los sentimientos de la nación china» podrán ser encarcelados hasta 15 días y multados con hasta 5.000 yuanes (unos 635 euros).

Esta definición tan difusa ha sido muy criticada tanto por la juventud china como por algunos expertos en Derecho. ¿Puede socavar el espíritu nacional alguien que no sepa combinar el azul con el negro? ¿O el régimen chino se va a centrar más en camisetas con mensajes políticos, el osito Winnie the Pooh (que se asemeja a Xi Jinping) y algún que otro arcoíris?

Algunos han recordado el caso de la mujer que vestía peluca y un kimono en Suzhou (al norte de Shangái) y mientras se hacía unas fotos fue arrestada por «provocar peleas y problemas» al llevar esta prenda japonesa. La detención, a voces, y grabada por un viandante, dio mucho que hablar el verano pasado. «Estás usando un kimono siendo una china», se podía escuchar al policía decirle. Si la ley finalmente entra en vigor, tendrán un sinfín de nuevos argumentos.