El bisturí

El Gobierno socialcomunista acumula despropósitos

Otra barrabasada de este PSOE indigno ha sido la entrega de Pamplona a Bildu

La nueva legislatura ha echado a andar de la misma forma como concluyó la pasada: con una sucesión de despropósitos protagonizados por el Gobierno, en el que el último sirve para tapar el anterior y éste al que se produjo un día antes, conformando un bucle perpetuo. Las muestras de desatinos, incongruencias e ineficiencias gestoras crecen a medida que transcurren las semanas, sin que los autores den muestras de pudor alguno.

Una de las más sonadas chapuzas ha vuelto a producirse en torno a la ley del «sólo sí es sí», la errática norma que partió de la hoy defenestrada Irene Montero, y que fue rubricada, que nadie lo olvide, por Pedro Sánchez. Mientras las subidas tributarias saquean los bolsillos de los ciudadanos, el Ejecutivo ha tenido que tirar de dinero público para paliar en parte los efectos negativos del texto que desató una enorme polémica social. Javier Gallego nos ha contado en estas páginas que ha tenido que gastar ya 39 millones de euros para vigilar a los agresores sexuales excarcelados, cuyo número se eleva a 126. Dicho en otras palabras: después de contribuir a la liberación de estos depredadores sexuales con una ley insultante para las mujeres, ahora debe dilapidar fondos de todos los españoles para corregir en parte el desaguisado y evitar que las víctimas aumenten.

Otra barrabasada indigna del socialismo auténtico ha sido la entrega de Pamplona a Bildu, algo a lo que siempre se negaron históricos de este partido con sentido de responsabilidad como Alfredo Pérez Rubalcaba. Con esta decisión auspiciada por Santos Cerdán, el titulado en FP que ocupa la Secretaría General de este PSOE indigno de llevar tal nombre, no sólo se vuelve a despreciar a las víctimas de la banda, sino que, además, se contribuye a alimentar la voracidad expansionista de unos proetarras que siempre vieron en la Comunidad Foral el territorio idóneo para expandir sus fauces. ¿Tiene legitimidad este PSOE para condenar las alianzas del PP con Vox, después de blanquear a los de Otegi y satisfacer todas sus demandas? ¿De verdad que es mejor pactar con los proetarras que con el partido de Abascal, como bien se pregunta Francisco Marhuenda?

Elocuente también de la esquizofrenia que sacude a este PSOE es la afición al Falcon de su presidente. Este gran defensor del medio ambiente y adalid de la lucha contra el cambio climático prefirió tirar de avión privado pagado con dinero público, una vez más, para ir a un acto de partido desde La Coruña a Santiago y ahorrarse unos minutillos y abucheos. ¿Pero no había que renunciar a los combustibles fósiles para proteger al planeta?

Otra actuación sorprendente es la inusitada preocupación por el tabaco de Mónica García, la flamante ministra de Sanidad que completa la cuota de Sumar en el Gobierno. Loable en principio por los estragos que causa en la salud pública, la pregunta que surge es la de que por qué corren ahora las prisas, cuando el Ejecutivo socialcomunista tenía guardado en un cajón desde 2021 un plan de prevención de esta sustancia ya consensuado con autonomías y sociedades científicas. Si tan urgente es acabar con este hábito, ¿por qué ha tardado dos años en desempolvarlo?

También podría citarse la gestión de Cercanías y otras redes ferroviarias, pero esto dará pie a una cascada de artículos porque el ministro Óscar Puente no parece dotado de especiales luces para solucionar el problema y los incidentes seguirán.