
Tribuna
Guerra comercial: distracción peligrosa ante la división de las democracias desarrolladas
Trump debe priorizar las promesas electorales que le brindaron el apoyo de 77,2 millones de votantes
Donald Trump libró escaramuzas comerciales en su primer mandato. Aplicó aranceles del 25% sobre el acero, el 10% sobre el aluminio de Canadá y México y del 25% de los vehículos de Corea del Sur. Le sirvieron para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y pactar un nuevo acuerdo con Corea. Asimismo, cargó aranceles sobre 360.000 millones de exportaciones chinas. Sumadas a las añadidas por Joe Biden afectan a 550.000 millones de ventas chinas.
Trump ha iniciado ahora una guerra comercial a una escala mucho mayor. Decidió imponer a prácticamente todos los países del mundo un arancel mínimo del 10%. Entró en vigor el 5 de abril por más que lo haya suspendido 90 días. La Casa Blanca ha elaborado una «barrera» que cada país carga a exportaciones de EEUU con un cálculo nuevo. Suma al arancel del otro país otras barreras comerciales no arancelarias como regulaciones sanitarias, fitosanitarias, medioambientales, sobre propiedad intelectual, IVA o impuestos similares y manipulación de divisa. Así Washington logra convertir el arancel promedio de China del 7,5% en un 67%; el de la UE de 4,8% en 39%; el 9,4% de Vietnam en 90%; el 6,5% de Taiwán en 64%; el 3,7% de Japón en 46%; el 13,4% de Corea en 50%.
El plan de EEUU, ahora en el limbo tras las últimas decisiones de Trump, era aplicar un arancel compensatorio del 34% sobre China, 20% sobre la UE, 46% sobre Vietnam, 32% sobre Taiwán, 24% sobre Japón y 25% sobre Corea. La Casa Blanca ya había cargado una tasa adicional del 20% a las exportaciones chinas y 25% a las de México y Canadá que considera incumplen el acuerdo USMCA. Trump cree que los anuncios de multinacionales de construcción de fábricas devolverán a su país su poderío industrial. Destaca a menudo inversiones de 500.000 millones de dólares de Apple y de 200.000 millones de TSMC como ejemplos del éxito de su estrategia.
Washington tiene razón al quejarse de los desequilibrios. El déficit comercial de EEUU en 2024 superó su récord histórico al ascender a 1,2 billones de dólares, un 17% más que en 2023. Los déficits comerciales de la primera economía mundial respecto a seis de sus primeros diez socios comerciales han aumentado sustancialmente desde 2016: con Canadá 484%, Taiwán 461%, Vietnam, 285%, México 171%, Irlanda 141% y Corea 138%. El arancel de EEUU sobre coches de la UE es de 2,5% mientras que los 27 cobran un 10% a los estadounidenses. Por eso no circulan Chevrolets o Cadillacs por Europa, mientras que en EEUU los coches europeos tienen una cuota alta del mercado.
Pero Trump, que se lo está pensando, se enfrentará a muchos obstáculos si persiste tras la moratoria. Aún hay que construir las fábricas de las inversiones multimillonarias. EEUU tiene costes salariales y de otros inputs que no le permiten competir con países emergentes o pobres en sectores con poco valor añadido. Algunas potencias afectadas impondrán aranceles de retaliación. Los gravámenes ya en vigor han provocado billones en pérdida de capitalización de las bolsas de EEUU en un mes. Subirá la inflación cuando los importadores no puedan absorber los aranceles. Algunos senadores Republicanos y un 58% de los estadounidenses los rechazan. Japón, Australia, Corea, India, Taiwán, Irlanda e Italia prefieren negociar con Trump, pero China ha sancionado con aranceles millonarias exportaciones de EEUU.
Los lazos económicos de EEUU con el resto del mundo son muy fuertes. El acumulado de la Inversión Extranjera Directa (IED) de EEUU en el mundo asciende a 6,5 billones de dólares y el del resto del mundo con EEUU es de 5,3 billones.
Trump debe priorizar las promesas electorales que le brindaron el apoyo de 77,2 millones de votantes. Eliminar restricciones innecesarias para incrementar la producción de petróleo y gas natural, así como su exportación a Europa y otros aliados. Rusia ha ingresado más de 938.586 millones de dólares en ventas energéticas. Se trata de petróleo crudo, derivados de petróleo, gas natural por gasoducto, gas natural licuado y carbón desde febrero de 2022. Dicha cantidad es cuatro veces más de lo que Putin ha gastado en la guerra. La UE ha importado energía de Moscú por valor de 227.928 millones en los últimos tres años. Europa necesita más Gas Natural Licuado de EEUU, no aranceles.
Trump también debe prorrogar las reducciones de impuestos para la clase media y del Impuesto de Sociedades aprobada por los Republicanos en 2017. Controlar la frontera de México para impedir la entrada de las pastillas de fentanilo que han causado la muerte de más de 250.000 estadounidenses desde 2018. Deportar a inmigrantes ilegales con antecedentes criminales. Fortalecer la coalición occidental contra Putin hasta que se pueda sellar un acuerdo equilibrado. Coordinar la política de seguridad y energética de EEUU y sus aliados mediante la OTAN y Quad para evitar que China supere a Occidente en tecnología. Elon Musk abandonará su papel de asesor en mayo. Trump debe escuchar a sus ministros internacionalistas como Marco Rubio y su jefa de gabinete Susie Wiles y mantener el histórico papel de EEUU de promoción de la democracia y libertad económica.
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