Opinión

Huida hacia adelante: a por otro gobierno Frankenstein

Sánchez ha basado su estrategia para el 23 de julio en descalificar el pacto del PP con Vox planteando esos pactos como reaccionarios y antidemocráticos

«Cinco años de gobierno socialista con Podemos, Bildu y los independentistas han sido suficientes», dijo Feijóo en su comparecencia al conocer la sorpresiva decisión de Sánchez de convocar elecciones anticipadas como respuesta a su incuestionable derrota del 28 M, y no le falta razón. Frente a ello pidió «una mayoría clara, estable y contundente para acabar y derogar los frutos de este lustro del sanchismo».

De todas formas hizo hincapié en que esta nueva convocatoria electoral «no oculta la gran victoria del PP; los españoles han dicho basta, hasta aquí hemos llegado». Dice bien Feijóo y es oportuno que lo diga, porque precisamente esa es una de las razones que han motivado la decisión de Sánchez: impedir que su gran derrota protagonice la escena política desde ahora hasta el verano para, a la vuelta de las vacaciones, tener a una oposición crecida con un gran poder territorial, tan crecido como menguado el suyo, con las subvenciones mediáticas y a chiringuitos diversos ya no en sus manos sino en las de ellos, y con una opinión pública y publicada volcada a favor del cambio político como algo inevitable y necesario.

Frente a ese escenario, con su convocatoria electoral tiene a su partido controlado y sometido a él, teniendo en sus manos la elaboración de las candidaturas al Congreso y el Senado que se lo garantizan hasta el 23 de julio. Y después, si consiguiera reeditar un gobierno Frankenstein, tener controlados sus grupos parlamentarios para poder seguir en la Moncloa cuatro años más, que es su único y prioritario objetivo. Desde esta perspectiva es indudable que su decisión cobra sentido, y puede considerarse hasta un acierto, por supuesto pensando no en lo que debe primar en todo presidente digno de tal condición, que es trabajar por el bien común de los españoles y el interés general de España , pero esto tiene un valor acreditado como descriptible, para nuestro protagonista.

Consciente de que su política de pactos para acceder y mantenerse en el poder –además de incumplir su reiterada palabra de no hacerlo– hace inevitable su reedición, ha basado su estrategia para el 23 de julio en descalificar el pacto del PP con Vox planteando esos pactos como reaccionarios y antidemocráticos. El eje de su campaña ya se vislumbra con claridad: o su persona, de la mano de un gobierno «progresista» (y feminista, inclusivo y eco sostenible), o «el caos de la ola reaccionaria negacionista, retrógrada y limitadora de derechos formada por la derecha y la ultraderecha». No le den Feijóo y Abascal a los indecisos e incautos, el beneficio de la duda.