Puntazo

Humo en las aulas

Como conocemos al presidente, la desconfianza es un deber ante un experto reincidente en lanzar humo para neutralizar el conflicto y que cuando disipe quede la nada

Uno de los colectivos damnificados en esta legislatura ha sido el de los docentes. Desde el Ministerio se anunció que el profesorado sería atendido en sus reivindicaciones, pero no ha sido así. De hecho, la huelga es una realidad frente a la desafección del poder. Tal vez por eso, y sin encomendarse a nadie, el presidente ha aprovechado su presencia en un colegio madrileño para sacarse de la chistera una ley con que reducir la jornada lectiva de los maestros y que las horas de clase sean en Primaria de 23, y de 18 horas en Secundaria y Bachillerato, además de bajar las ratios. Y ya. El titular está servido y la maquinaria de propaganda desplegada. Sin conocimiento de nadie, incluidos los directamente afectados ni por supuesto las administraciones competentes. Como conocemos al presidente, la desconfianza es un deber ante un experto reincidente en lanzar humo para neutralizar el conflicto y que cuando disipe quede la nada.