Eleuteria

Izquierda hipócrita

La izquierda radical ha dejado claro su criterio: la democracia solo existe cuando ganan los suyos. Si vencen, aunque sea mediante un fraude clamoroso, hay que respetar los resultados

El correísmo ha vuelto a perder unas elecciones presidenciales en Ecuador. Contra todo pronóstico, Luisa González fue derrotada por 11 puntos de diferencia frente a Daniel Noboa. Pero, como es habitual cuando los resultados no acompañan, la izquierda radical ha activado su habitual discurso de deslegitimación electoral. La misma izquierda que hace pocos meses celebraba como ejemplar el grotesco pucherazo de Nicolás Maduro en Venezuela.

¿Hubo irregularidades en el proceso electoral ecuatoriano? Es indiscutible que las condiciones para la celebración de elecciones no fueron óptimas. Noboa decretó el estado de excepción en siete provincias afines al correísmo justo antes de la votación. Un hecho grave y cuestionable. Pero los comicios se celebraron, las actas están disponibles online desde el día siguiente, y la página del Consejo Nacional Electoral funciona con normalidad.

Compárese con Venezuela: más de ocho meses después de los comicios, la tiranía chavista sigue sin publicar una sola acta electoral. La web del CNE permanece caída desde entonces y la única evidencia existente –las actas difundidas por la oposición– muestra una clara victoria de Edmundo González. ¿Cuál ha sido la reacción de los mismos que hoy claman fraude en Ecuador? Silencio. O peor, aplausos al «proceso democrático» de Maduro.

Irene Montero, por ejemplo, nos exigía «respetar los resultados» en Venezuela sin ver una sola acta, mientras hoy dice estar «muy preocupada» por Ecuador, donde las actas están a la vista. Pablo Echenique y Eduardo Garzón pedían al CNE ecuatoriano que publicara las actas, cuando habían sido publicadas al día siguiente de las elecciones; de Venezuela, no dijeron ni una palabra. ¿Coherencia democrática? No. Propaganda burda.

Y el remate lo pone el propio Nicolás Maduro: el hombre que ha liquidado la democracia en Venezuela acusa de fraude a Ecuador por un proceso electoral al que acusa de «no auditable» a pesar de que, repito, en ése sí hay actas. Solo puede decirse que el cinismo ha alcanzado cotas surrealistas.

La izquierda radical ha dejado claro su criterio: la democracia solo existe cuando ganan los suyos. Si vencen, aunque sea mediante un fraude clamoroso, hay que respetar los resultados. Si pierden, incluso con un proceso transparente, hay que denunciarlos. No es un problema de estándares democráticos, sino de lealtades ideológicas. Y, mientras tanto, el chavismo sigue tiranizando impunemente con la complicidad de muchos políticos españoles que dicen defender falsamente la democracia.