Mar en calma

Microbiota

Como dijo Arthur Schopenhauer: «La salud no lo es todo; pero sin ella, todo lo demás no es nada».

No me canso de hablar en cada conferencia, evento o presentación, de la importancia de tomar las riendas de nuestra propia vida. Y es que gran parte de la responsabilidad que tenemos sobre lo que nos pasa, es solamente nuestra. Si bien ciertos acontecimientos escapan a nuestro control, lo que realmente importa es cómo respondemos a ellos. También es crucial lo que pensamos: cada célula de nuestro cuerpo obedece a nuestros pensamientos. Nuestras creencias determinan lo que somos. Y del mismo modo: somos lo que comemos. Pues bien, el libro «Un intestino feliz» de la doctora De La Puerta va más allá.

Además de nuestros pensamientos, nuestra actitud, nuestra alimentación… también determina quiénes somos, nuestra microbiota, esos millones de microorganismos que viven en nuestro cuerpo en perfecto equilibrio con nuestros órganos. En el intestino tenemos ¡más de 100 billones de microorganismos! Es el mayor órgano inmunitario de nuestro cuerpo: actúa como barrera protectora, ayuda a la digestión, es fundamental para el desarrollo del sistema inmune, mejora el metabolismo, aporta nutrientes fundamentales para mantener la mucosa de la pared del intestino y forma el conocido eje microbiota-intestino-cerebro, que regula las emociones, el sueño, el comportamiento, la tolerancia al estrés, la socialización…

El ecosistema intestinal es muy resiliente: tiene muchos recursos para recuperarse tras cualquier agresión, como puede ser la de los antibióticos. Los ácidos grasos de cadena corta (fibra: semillas, vegetales, legumbres) mantienen la homeostasis intestinal y la salud general del organismo. Y el triptófano es un aminoácido esencial que condiciona el estado de ánimo y se encuentra en huevos, pescado azul, lácteos, frutos secos, plátano, aguacate, cereales integrales, cacao… ¡Tomemos nota!

El ayuno intermitente da forma a la microbiota intestinal: desinflama el intestino y beneficia la claridad mental. Aunque el médico dirá si es lo más adecuado según cada caso. Como dijo Arthur Schopenhauer: «La salud no lo es todo; pero sin ella, todo lo demás no es nada».