Letras líquidas
Entre el «Ohio español» y las «autonomías péndulo»
En 2015 un grupo de politólogos españoles publicó un ensayo en el que detallaban los motivos por los que el partido que vence en Aragón termina repitiendo victoria en las generales
Las elecciones de Estados Unidos y la liturgia que las rodea son un auténtico filón para los político-adictos. Estudiadas, analizadas y escrutadas en profundidad, desde el más sutil gesto de sus candidatos, la técnica marquetiniana más novedosa para captar votos o el truco más rompedor en mítines o debates, todo, absolutamente todo lo que rodea cada noviembre electoral es asumido como una especie de tótem para las citas con las urnas del resto del planeta. Ya mencionó Vicente Vallés hace unos días en la contra de este periódico la «sorpresa de mayo» (evocando a la norteamericana de octubre), ese hecho inesperado que aquí nos ha llegado en forma de listas de Bildu y que ha desbaratado la estrategia de campaña prediseñada, en este caso, por el PSOE.
Pero ese suceso disruptivo, que altera los planes trazados, no es el único elemento propio de las presidenciales estadounidenses susceptible de ser «españolizado». Hay más. Y, en concreto, en este 28-M, en el que la incertidumbre (por indecisos o rezagados) y la fragmentación de las siglas redoblan su órdago a cualquier atisbo de previsibilidad, destacan dos analogías americanas: por un lado, Aragón convertido en el «Ohio español» y, por otro, el papel clave de las «autonomías péndulo», que emularían a los «swing states» (estados péndulo). Veámoslos. En 2015 un grupo de politólogos españoles publicó un ensayo en el que detallaban los motivos por los que el partido que vence en Aragón termina repitiendo victoria en las generales y lleva a su candidato a La Moncloa: ocurre en España desde 1977, igual que desde 1964 quien se impone en Ohio alcanza la Casa Blanca. Cuestiones sociológicas, que replican a la perfección la escala nacional, y de reparto electoral refuerzan este modelo predictivo que se repite, cada cuatro años, a modo de oráculo demoscópico. Y a este «Midwest» patrio y su potencial premonitorio, se suma ahora la segunda de las cuestiones, la de aquellas comunidades oscilantes que, según la combinación de todos los sondeos, se decidirán por unos cuántos votos, probablemente, además, en esta última semana, y que permitirán no solo decantar de manera inminente el poder territorial sino convertirse en vanguardia o indicio de cambios de tendencia.
Y con esta combinación de factores, esperando lo que ocurra en el «Ohio español» y pendientes de hacia dónde se decanten las «autonomías péndulo», tenemos aún siete días por delante para saber si esas claves exportadas de las campañas de Estados Unidos nos funcionan también a nosotros.
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