Fuerzas de Seguridad

Los órganos de contratación de la Guardia Civil y la corrupción

"La Guardia Civil, como cuerpo militar que es, aún a pesar del desagrado de algunos por dicha naturaleza, debería tener órganos de contratación similares a los del Ejército de Tierra integrados por personal del cuerpo de Intendencia"

Camilo García de Polavieja

Estos días la opinión pública asiste estupefacta y escandalizada al desarrollo de dos procedimientos judiciales en el que se hallan implicados, en principio, tres altos mandos de la Guardia Civil, además de políticos, empresarios, etc. Sin perjuicio de las responsabilidades penales que les pueda corresponder, existe un especial interés entre algunos colectivos para desacreditar y desprestigiar a la institución que creara en 1844 el duque de Ahumada. Estoy convencido de que si éste levantase la cabeza de su tumba no se volvería a caer en ella, sino que inmediatamente tomaría cartas en el asunto y haría lo que tiene que hacer.

En uno de los procedimientos hay un general de división que está encarcelado y que al parecer los delitos de los que se le acusa fueron perpetrados cuando estaba ya retirado de la estructura del benemérito cuerpo y trabajaba para la Unión Europea. Recordando que tiene derecho a la presunción de inocencia (que se concede incluso a terroristas y violadores) parece ser que no hay nadie más implicado de la Guardia Civil. Hay que dejar que la Justicia haga su trabajo aunque no deja de llamar la atención el constante goteo de filtraciones. Cada cual tendrá que asumir su responsabilidad y en su caso purgar la pena que le corresponda.

El otro procedimiento judicial, que lleva arrastrándose desde 2019 y que ahora ha explotado en la prensa, sí que parece que afecta directamente a la Guardia Civil. En principio se ha difundido ampliamente que hay un teniente general y un teniente coronel investigados, además de dos empresarios, estando uno de éstos implicado en la otra trama. Parece ser que se hicieron obras en acuartelamientos de trece provincias por una empresa que tiene su razón social en Canarias y cuyos precios se inflaban, o como se dice en el caso de Ávila, hubo incluso alguna reparación que ni siquiera llegó a realizarse a pesar de haberse abonado. De las otras doce provincias parece ser que no hay irregularidades achacables a sus integrantes.

Nuevamente hay que dejar que la Justicia haga su trabajo y, sin perjuicio del estricto respeto a la presunción de inocencia, quienes hayan incurrido en responsabilidades penales purguen sus culpas, caso de que hayan incurrido en ello. Sin embargo, hay una cosa que sí se puede ir haciendo ya y es sacar lo que en la Milicia se llama lecciones aprendidas. ¿Cuáles son los órganos de contratación de la Guardia Civil en esas trece provincias que han contratado obras de reparación en los acuartelamientos?. Esta es la madre del cordero.

Pues resulta, al igual que en el resto de España, que son las propias comandancias provinciales mandadas por coroneles y tenientes coroneles jefes de las mismas. Éstos, a su vez, cuentan con los comandantes responsables de las funciones de apoyo logístico y sus unidades económico-administrativas gestionadas por sargentos, cabos o guardias civiles. Ninguno de esa cadena es experto en contratación y sólo han realizado cursos de gestión económica cuya duración oscila entre un mes y una semana en el mejor de los casos. Y con ese adiestramiento se les envía a la guerra económica de la contratación, sea para una obra de un cuartel, para adjudicar el servicio de una cafetería o lo que sea.

En el Ejército de Tierra, que ya sacó hace años sus propias lecciones aprendidas, las unidades del Ejército entidad regimiento, mandadas por coroneles y asimiladas a las comandancias de la Guardia Civil, no pueden actualmente contratar absolutamente nada, como tampoco pueden hacerlo las grandes unidades entidad brigada, mandadas por generales y asimiladas a las zonas de la Guardia Civil. Los órganos de contratación no pueden ser las propias unidades operativas y receptoras de los servicios contratados, pero no porque exista desconfianza sobre la honestidad o moralidad de sus integrantes, sino por la sencilla y lógica razón de que la complejidad y responsabilidad de la contratación exige un pleno conocimiento de la legislación vigente y de la gestión administrativa y económica.

Es por ello que las unidades del Ejército de Tierra elevan al Mando, por conducto reglamentario, sus necesidades a través de sus habilitaciones (regimientos) y sus secciones administrativas económicas – (brigadas). Y si son aceptadas y existe la correspondiente disponibilidad presupuestaria, las jefaturas administrativas económicas Centro, Sur, Oeste y Este, ubicadas en Madrid, Sevilla, Valladolid y Zaragoza respectivamente, son las responsables de realizar todos los trámites, pues son los órganos de contratación legalmente establecidos a tal efecto e integrados por personal altamente capacitado y cualificado del Cuerpo de Intendencia (licenciados en ciencias económicas en su mayor parte) que han realizado sendos cursos especializados de contratación, gestión financiera, etcétera.

La Guardia Civil, como Cuerpo militar que es, aún a pesar del desagrado de algunos por dicha naturaleza, debería tener órganos de contratación similares a los del Ejército de Tierra integrados por personal del Cuerpo de Intendencia. Y ello sería posible al igual que vienen prestando su servicio en la Benemérita, cada vez menos, componentes del Cuerpo de Sanidad Militar, del Cuerpo Jurídico Militar, del Cuerpo de Intervención Militar, del Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción, del Arma de Transmisiones e incluso del propio Cuerpo de Intendencia.

Esperemos que alguien saque lecciones aprendidas, al igual que hizo el Ejército de Tierra, y se libere a las unidades operativas de la Guardia Civil de tales responsabilidades que no son las que realmente tiene encomendadas en la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

La Guardia Civil, que es una de las instituciones mejor valoradas por la ciudadanía, no se merece todo lo que está sucediendo y si en el peor de los casos hay responsabilidades de unos pocos, la deshonra de éstos no puede ensuciar la honestidad de un colectivo de ochenta mil hombres y mujeres que día a día y noche a noche sirven ejemplarmente a España y a su Sociedad. Tal y como decía el duque de Ahumada en 1845 en ese magnífico código deontológico que es la “Cartilla del Guardia Civil”, el honor ha de ser la principal divisa del guardia civil, por lo tanto debe mantenerlo sin mancha, pues una ver perdido no se recobra jamás. Es decir, en esto del honor, no hay amnistías, indultos o rehabilitaciones. El honor, o se tiene y mantiene o no se tiene y se pierde para siempre.