A pesar del...

Los progres y la educación de los pobres

Entonces, lo vuelve a leer. Y allí están, como suelen estar, los progres contra los pobres

En el diario El País están preocupados porque «el PP y Vox derogarán la ley de memoria en Aragón»; es el «pacto con los ultras», expresión que ya sabemos no se utiliza nunca con el partido de Otegi, sino solo con el partido de Ortega Lara. Nadie puede, al parecer, cuestionar las llamadas leyes de memoria, como si fueran obviedades, y como si no hubieran sido criticadas por voces solventes y moderadas. También preocupa la «drástica rebaja fiscal», que al parecer no se puede defender. Y también rechaza el que la derecha quiera acabar con la «ideología» en las aulas. Pone ideología entre comillas, como si fuera un disparate que hay que subrayar, o como si no pudiera argumentarse que la educación pública, efectivamente, tiene una carga ideológica que es susceptible de análisis, oposición y crítica. Desde hace décadas, por ejemplo, algunos hemos denunciado el antiliberalismo presente en los libros de texto de la enseñanza secundaria.

Pero lo mejor, o no, estaba por llegar, porque El País, en páginas de información, informa a sus lectores de lo peor que pretende la derecha. Y dice: «más relevante es la apuesta por la enseñanza privada en detrimento de la pública». Resulta que PP y Vox propician el bono o cheque escolar para que los ciudadanos decidan dónde quieren enviar a estudiar a sus hijos. Como es un cheque abierto, que incluye colegios no concertados, el periódico cree que eso está fatal: «abriendo así la puerta a la financiación pública de colegios de élite».

Los vouchers son, como todo, discutibles, pero lo notable, en este caso como en otros, es que la izquierda ignora a los pobres: presume de defender la igualdad, y aquí la tenemos defendiendo lo contrario. Como no hay ninguna aclaración ni comentario, podemos conjeturar que en el diario El País están en contra de que una niña pobre pueda estudiar con un cheque escolar en un colegio de élite. Les parece bien, por tanto, que a ese colegio solo puedan acudir niñas ricas. La libertad de elegir, según este diario, faro del progresismo, sería algo que no deberían tener las familias de las niñas pobres.

Es tan absurda esta noción, y tan reaccionaria, que uno francamente no puede creer lo que ha leído. Entonces, lo vuelve a leer. Y allí están, como suelen estar, los progres contra los pobres.