Sin Perdón
Pumpido y sus mariachis no merecen ningún respeto
«Deberían sentir el rechazo del mundo jurídico y los colegios profesionales»
El presidente del Tribunal Constitucional y sus mariachis deberían tener claro que en la vida no se puede tener todo. Lo sucedido con la sentencia que legitima la amnistía sería impensable en cualquier democracia de nuestro entorno. Los defensores del Estado de Derecho y la separación de poderes no se deben resignar ante esta felonía. No se puede aceptar ni esta mutación constitucional ni el uso alternativo del Derecho para complacer a Sánchez y sus aliados. Estamos ante una chapuza propia de juristas inexpertos y poco duchos en la Teoría del Estado y el Derecho Constitucional. Es cierto que los seis firmantes, encabezados por Conde-Pumpido que es su auténtico autor, han logrado el aplauso del sanchismo, los independentistas, los comunistas, los antisistema y los portavoces de Bildu, la organización controlada por los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA. Es decir, por todos los enemigos de España y la Constitución. La verdad es que deberían sentirse avergonzados. Conde-Pumpido pretende que consideremos que está haciendo el mejor Derecho, cuando se ha convertido en un vocero de Sánchez. La sentencia es una auténtica monstruosidad jurídica.
Ahora sabemos que el Poder Legislativo puede hacer todo aquello que le venga en gana, porque no importa lo que establezca la Constitución. En una interpretación delirante, los seis magistrados sanchistas consideran que no es necesario que exista una autorización constitucional. No importa que un texto tenga un origen ilegítimo y que se fundamente en mentiras. Es un precedente muy inquietante. El siguiente paso será aceptar el referéndum independentista para Cataluña y el País Vasco, así como la financiación singular. No importa lo que diga la Constitución, porque esos seis magistrados no son juristas sino políticos al servicio de La Moncloa. No entiendo por qué les molesta que se les llame mariachis o marionetas. Creo que no merecen ningún respeto como juristas, aunque sí lo tengan, algo que no le retiro a nadie, como personas. Mis padres me enseñaron que en la vida hay que ser educado, aunque haya gente que no lo merezca. Conde-Pumpido y sus mariachis deberían sentir el rechazo del mundo jurídico y de los colegios profesionales, no ser invitados a pronunciar conferencias, participar en seminarios y jornadas o publicar en revistas académicas. Es lo que sucedería en cualquier democracia.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)