«De Bellum luce»
Los que dicen que saben se ven también “buenos”
Eso es como jugar a la lotería y presumir de que vas a ganar porque el Comandante Supremo de la fuerza socialista decide sobre la marcha y en función de sus intereses coyunturales
Cada vez tienen más cara de mentirosos aquellos que todavía se atreven a hacer pronósticos sobre lo que va a hacer Pedro Sánchez. Es como si vivieran en otra galaxia, a la que no hubiera llegado ninguna noticia de lo que ha pasado en España en los últimos seis años. Pero los hay, y ahí andan divididos, casi mitad a mitad, entre los que ven al presidente coronado como emperador, sin alternativa que pueda jamás hacerle sombra, y los que le ven en proceso de desahucio en Moncloa. Hay que echarle narices para que después de aquel amago de retiro, que el líder socialista pasó sentando en su casa examinando a cada uno de sus colaboradores, todavía haya ministros y asesores que se las dan de estar al tanto de los deseos del Comandante Supremo en los foros que frecuentan.
Eso es como jugar a la lotería y presumir de que vas a ganar porque el Comandante Supremo de la fuerza socialista decide sobre la marcha y en función de sus intereses coyunturales. Por ponerle humor al tema, quizás de entre todos los gallos que van de sabelotodo y venden caro sus conocimientos de las interioridades de Palacio, el más enternecedor es el que se cree más listo que Sánchez. Amable en el trato, se considera el principal gurú del Reino, pese a que no esté tan «bueno» como el presidente. Aunque para él esto también es discutible: de hecho, es posible que no perdone jamás al diputado del PSOE que dijo aquello de que la derecha tiene envidia de Sánchez «por lo bueno que está» y no incluyó su nombre en ese razonamiento.
Por cierto, Salvador Illa tiene pista en Cataluña para años. La derecha corre el riesgo de equivocarse mucho si no atina en el análisis de por dónde van allí los aires. El nuevo presidente de la Generalitat está ahora en minoría, y atado de manos como Pedro Sánchez en la acción de su gobierno, pero si el independentismo no sale de su ensimismamiento, el tiempo sumará a su favor y le puede consagrar como barón catalán a la manera de un Pujol del siglo XXI. ERC y Junts no solucionarán sus problemas en los congresos de este otoño. Por bien que les salgan, y en el caso de ERC pinta difícil, serán solo soluciones transitorias y que no curarán las divisiones internas que les desangran.
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