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Sin Perdón

El retroceso del independentismo catalán

«¿Qué ha conseguido Junts? La realidad es que solo fuegos de artificio»

Hay que reconocer que Sánchez está consiguiendo su objetivo de acabar con Puigdemont. Es algo que nunca ha escondido, pero que ha tenido que posponer. No es algo reciente, sino que se remonta a su firme apoyo a la aplicación del artículo 155. Su socio natural es ERC y Junts es, simplemente, un enorme incordio mientras el expresidente catalán sea su líder. Los socialistas querrían que se le aplicara la amnistía, sea derrotado en las urnas y se jubile. Es cierto que ha tenido que abandonar su compromiso de llevarlo a la Justicia para que fuera condenado como Junqueras, pero se conforma con la consolidación de Illa. La última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) muestra un claro crecimiento electoral de Aliança Catalana que pasaría de dos a 8 o 10 escaños. El crecimiento de la formación liderada por Silvia Orriols perjudica a Puigdemont que lograría entre 27 y 29 escaños frente a los 41 a 43 de Illa. Por tanto, Junts no ha conseguido su objetivo fundamental, aunque sea decisivo en la gobernabilidad de España. No hay que ser un gran analista para constatar que los negociadores socialistas condujeron a sus aliados al terreno de juego que más les convenía al regalarle a Sánchez el balón de oxígeno que necesitaba para sobrevivir.

¿Qué ha conseguido Junts? La realidad es que solo fuegos de artificio. A su derecha han favorecido a Orriols y a su izquierda a Illa. El escenario resultante en Cataluña es perfecto para Sánchez, aunque tenga que pagar el peaje de tener un Congreso totalmente inoperante. Es algo que tampoco le preocupa demasiado, porque ya han dicho que eso de los Presupuestos es una pérdida de tiempo y que pueden gobernar ignorando al Poder Legislativo. Es algo insólito, pero se ha convertido en una realidad. A estas alturas todo el mundo está convencido de que Puigdemont no le aguanta un pulso a Sánchez y que éste no convocará elecciones anticipadas. Lo de la moción de censura no causa ni inquietud ni preocupación. Otra cuestión distinta es que sea un escenario lamentable que perjudique a España, pero el patriotismo español del presidente del Gobierno es similar al que puedan tener sus aliados Puigdemont, Otegi, Esteban o Junqueras. Es lógico que en La Moncloa estén muy tranquilos.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)