Sin Perdón
Sánchez se quedó sin comer
«En medio del desastre, Sánchez mantiene esa gran opinión que tiene de sí mismo y su carácter providencial»
La comparecencia de Sánchez se puede resumir en que tuvo una jornada muy dura y se quedó sin comer. Por lo visto, el catering de la sede del PSOE en calle Ferraz no debe funcionar o se han quedado sin dinero. Me imagino que es una causa directa de la marcha de Santos Cerdán. He de reconocer que empatizo con Sánchez, ya que no es justo que lo sometan a un trato tan cruel e incluso inhumano. Están siendo días tan vertiginosos como perturbadores. Ha descubierto que estaba rodeado de una trama de corrupción que extendía sus tentáculos por diversos ministerios encabezada por Ábalos y Santos Cerdán. Eran sus dos personas de máxima confianza, pero nunca vio nada extraño. Ni siquiera le preguntó al exministro cómo se organizaba para mantener tantas familias y un ritmo de vida tan elevado. Doy por supuesto que nunca imaginó que tuviera ese fervor por el amor de pago. Es llamativo que se fundiera 450.000 euros en dos años. Por supuesto, poca gente tiene un sueldo neto de casi 250.000 euros más lo que cobraba como diputado. Eran tres garrulos, pero muy listos a la hora de llevarse la pasta.
Es sorprendente, también, que ese lenguaje soez, machista y casposo fuera un desahogo circunscrito a los mensajes telefónicos, ya que esa pauta de comportamiento acostumbra a ser un patrón que se repite con insistencia. El problema con Sánchez es que nadie sabe cuándo dice la verdad, porque tiene el hábito de mentir. No es una fuente fiable, pero le podemos dar el beneficio de la duda. Lo único interesante de la reunión de la ejecutiva y la posterior comparecencia es que le sometieron o se sometió al castigo de no comer. Es algo que me recuerda cuando era pequeño y te dejaban sin postre. En mi caso no era un gran castigo, porque nunca he sido muy aficionado a los dulces. En medio del desastre, Sánchez mantiene esa gran opinión que tiene de sí mismo y su carácter providencial. No sé qué haríamos los españoles sin su amor paternal. No somos más que ovejas descarriadas. España es la envidia del mundo gracias a él y, como buen autócrata, descalifica a la oposición, porque ¿quién quiere retroceder a Atapuerca si gobierna Feijóo? Una vez más cree que los españoles somos imbéciles.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)