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Quisicosas

La soledad del Rey y el egoísmo de Abascal

Patriotismo es aguantar el tipo en defensa de la Jefatura del Estado cuando un felón se empeña en gobernar sin Presupuestos, acosado por la Justicia, abucheado en las calles y apoyado en delincuentes fugados

Sea usted rey, con la limitación constitucional de una democracia parlamentaria y la continua exigencia de una población que desconoce esos límites. «Que el rey diga», «que el rey haga» y lo único que hace el Rey es lo que tiene que hacer, sostener la Jefatura de un Estado centrífugo y la armonía de los empeñados en la cacofonía nacional. Doña María o don Pedro, que nacieron en la posguerra y vivieron en dictadura, no comprenden las instituciones, sea, pero que no las entiendan los líderes de los partidos es inaudito, porque las entienden, vaya si las entienden, pero no les importa boicotearlas. Ya me mosqueé cuando Alberto Núñez Feijóo dejó solo a Don Felipe en la apertura del año judicial, en protesta por la presencia del Fiscal General. ¿Pero quién es el fiscal, por favor, cuando el monarca está presente?

Ahora Santiago Abascal ha dado el cante al ausentarse de la tribuna Real en el 12 de octubre. Dice que es para estar con la gente a pie de calle, como si el Rey no lo estuviese. Lo cierto es que el dirigente de Vox, como antes el del PP, sólo buscan el foco. Pero usar a la Corona como bastonazo contra Pedro Sánchez es debilitar a la Institución, que tiene que permanecer impertérrita junto al de Moncloa, aunque su familia esté en el banquillo.

Lo peor es que ni una línea de esta columna insignificante provocará el disgusto del votante de Vox. Aquí lo que vale es el titular, se pelean por las cabeceras de las noticias como niños en la fila del bocadillo y allá cuidados con el Rey, la Corona y el sursuncorda.

Pasará Abascal, pasará Feijóo y reinará Doña Leonor, y nadie se acordará de los marrones que se tuvo que comer Don Felipe cada vez que los supuestos demócratas lo utilizaban para ganarse los favores del pueblo más desinformado. Ya les vale. Patriotismo es aguantar el tipo en defensa de la Jefatura del Estado cuando un felón se empeña en gobernar sin Presupuestos, acosado por la Justicia, abucheado en las calles y apoyado en delincuentes fugados.

Lo triste es que la jugada le habrá salido jugosa a Abascal, las encuestas lo hacen cabalgar por encima del 16 por ciento de intención de voto, sin mover ni un dedo, porque a Sánchez le interesa el pim pam pum de «que viene la ultraderecha». Hay muchas personas que creen de veras que hay un partido Trump-Abascal y otro Sánchez-Palestina. Comprendo que Santiago se deje querer por el socialismo; al fin y al cabo, su deber es llegar al poder, pero hacerlo a costa del Rey no merece la pena.