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Economía

El Nobel y la izquierda caviar

Durante años el Nobel en economía ha galardonado a los teóricos favoritos de una cierta izquierda «caviar», instalada en la llamada corrección política, estética y muy alejada de la realidad

Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt ganan el Premio Nobel de Economía NobelNobel

Francis Bacon (1561-1626), británico, padre del «empirismo», pensaba que «la prosperidad no existe sin temores ni desgastes». El empirismo, nunca es superfluo recordarlo, enfatiza, por así decirlo, el papel de la experiencia y la evidencia en el conocimiento. El premio Nobel de economía, tras bastantes años de equilibrios, a veces extremos, parece haberse decantado –quizá sea una excepción, que hay que celebrar–por la evidencia. Este año acaba de premiar a los economistas Joel Mokyr, Philippe Ghion y Peter Howitt. Los ignaros seguirán en la ignorancia. Es inevitable y hay que tener arrestos para criticar la decisión de la Academia sueca de las Ciencias Económicas. Durante años, bastante, el Nobel en economía ha galardonado a los teóricos favoritos de una cierta izquierda «caviar», instalada en la llamada corrección política, estética y muy alejada de la realidad.

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El jurado del Nobel, en primer lugar, y no puede ser accidental, ha elegido a un economista judeo-estadounidense el mismo día que se escenificaba la «pax Trump» en Israel/Gaza, que durará lo que dure, pero que es un paso adelante, un portillo de esperanza, en la más que conflictiva zona. Por otra parte, y también es una novedad, muy digna de mención, los sabios del Nobel han optado, en esta ocasión, en un mundo incierto y cambiante, por estudiosos del crecimiento –progreso– y de la innovación. Los trabajos de cientos, miles de expertos, para denunciar la miseria y otras circunstancias terribles son meritorios y goza de una excelente salud y reputación. Hasta ahora –y es probable que la tendencia continúe– la excepción es el estudio de cómo las sociedades, sobre todo en los últimos dos siglos, han prosperado, mucho más –por cierto– que en los anteriores dos o tres mil años. Mokyr, Aghion y Howitt, más allá de los detalles para superexpertos, defienden la importancia del conocimiento y de los avances científicos –y de ellos los tecnológicos– para el desarrollo de la economía y, en último extremo –que es el más importante– del bienestar. Todo lo contrario que defiende esa izquierda «caviar» que pretende tener secuestrada a la sociedad, porque es muy consciente de que no hay prosperidad sin temores, como percibió Bacon.