El trípode
Toda la fuerza de la ley contra la inmigración ilegal
Hay intereses muy importantes y oscuros trabajando para convertir a Europa, y en especial a España, en un objetivo prioritario de su política de eliminación de las fronteras nacionales necesarias para conseguir un nuevo orden mundial
Es una evidencia que la inmigración ilegal se ha convertido en la actualidad en un problema de importancia capital para España y en general para el conjunto de los 27 Estados de la UE. Aunque con la excepción destacada de Polonia y Hungría, países que no renuncian a defender sus fronteras y su identidad nacional e histórica frente al objetivo de su islamización mediante la masiva inmigración ilegal. (Los húngaros le tienen tomada la medida a su compatriota Soros y su OPEN Society, al que ellos conocen demasiado bien). Conviene enfatizar el calificativo “ilegal”, por cuanto la legal no solo no es un problema, sino que puede llegar a ser una absoluta necesidad, ante la lamentable caída de la tasa de natalidad europea. Esa caída hace necesaria la inmigración para poder sostener la economía, que precisa de mano de obra que la sociedad autóctona no puede satisfacer. Ante esa situación hay dos reflexiones inmediatas e imprescindibles. La primera es que la caída de la natalidad es una consecuencia directa de la cultura woke, considerada como la políticamente correcta, que tiene en el derecho al aborto y en la ideología de género unas de sus principales expresiones. No es discutible que promover el aborto no fomenta la natalidad, al igual que esa ideología tampoco la ayuda por obvias razones. Y esas políticas a su vez están directamente relacionadas con el proceso descristianizador en el que está sumida la actual UE, que es la Europa sucesora de la cristiandad construida sobre una civilización cuyas raíces eran precisamente esas. La otra reflexión deriva de constatar, entre otras consecuencias, el grave problema que para la convivencia y la seguridad está provocando la inmigración ilegal. Es evidente que todos los países tienen reconocido el derecho a proteger la soberanía de su territorio y a garantizar la defensa de sus fronteras de eventuales amenazas exteriores. La inmigración ilegal, sin duda, es una violación de esos derechos en la medida en que no respeta ni nuestro ordenamiento legal ni nuestra soberanía, queriendo acceder al territorio nacional saltándose las leyes que lo regulan. Debe tenerse muy presente que esa inmigración la están gestionando mafias criminales que la fomentan aprovechando la situación de fragilidad que padecen muchos jóvenes en sus países de origen. Y sin olvidar tampoco que hay intereses muy importantes y oscuros trabajando para convertir a Europa, y en especial a España, en un objetivo prioritario de su política de eliminación de las fronteras nacionales necesarias para conseguir un nuevo orden mundial. Por supuesto, mandando ellos. La respuesta es apoyar la necesaria inmigración LEGAL y luchar con toda la fuerza de la ley contra la ILEGAL.