Lenguaje

De la primavera al «summertime»

La Razón
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La publicidad ha empleado siempre todos los recursos, herramientas y argumentos posibles que puedan ayudar a hacer el mensaje más atractivo y a que llegue mejor a los consumidores. Si una marca puede gustar más si lo dice en inglés, ¿por qué no aprovecharlo? El problema es cuando eso empieza a ser masivo: en 2015, 322 marcas se anunciaron en España en inglés, diez veces más que en 2003, según un estudio realizado por Enrique Yarza con la Universidad Complutense. Esas marcas invirtieron 520 millones de euros, el 20,4 por ciento de la inversión publicitaria, lo que supone que casi uno de cada cinco anuncios que se ve en España es en inglés, pese a que apenas un tercio de los españoles conoce este idioma, según el INE.

El tema preocupa hasta el punto de que la Real Academia Española y la Academia de la Publicidad han celebrado una jornada de debate sobre cómo combatir el uso del inglés en la publicidad. Hubo pesimistas, como Alex Grijelmo, que no ven solución a corto plazo, pues lo asocian a un complejo de inferioridad muy hispano: «El inglés es el idioma asociado a los productos tecnológicos, el francés a los perfumes, el italiano a la moda... y el español, a los productos baratos». En cambio, para el académico Salvador Gutiérrez no todo está perdido y hay muchas posibilidades de ir mejorando. Por su parte, Joaquín Lorente presumió de que «los publicitarios resolvemos problemas, y se puede hacer muchísimo, empezando por el orgullo de pertenencia al español. Con lo bonito que es lo de Ya es primavera, ¿por qué ponen Summertime?». También la creativa Mónica Moro opina que «jamás ha habido una gran campaña movilizadora que no esté en español, tenemos un idioma maravilloso para llegar a los sentimientos». Y para Toni Segarra, quizá el publicitario más reconocido hoy día, «no creo que haya ningún problema, salvo el natural de cualquier idioma que debe convivir con otros idiomas. Creo en la fuerza y el mestizaje de lenguas, y es cierto que el inglés es el idioma de la publicidad».

La parte más positiva es la propia apertura del debate y la colaboración de la RAE y la Academia de Publicidad, pues la publicidad es hoy uno de las mayores influencias del lenguaje cotidiano, que pone de moda, inventa y amplifica expresiones, palabras y frases que son adoptadas y usadas por millones de personas. Por eso, tampoco estaría de más que ese reconocimiento avanzase y llegue un día en el que en uno de los sillones de la RAE se siente un publicitario, aunque ahora pudiera parecer algo extraño.