
Despoblación
Sin jóvenes, sin futuro: los tres pueblos del País Vasco que están en peligro de extinción
Tres pueblos vascos, con menos de 150 habitantes, están en situación delicada y, si la tendencia continúa, podrían desaparecer en las próximas décadas

La despoblación en España es, sin duda, una realidad cada vez más preocupante. Y es que, mientras algunas regiones crecen de manera descontrolada, otras ven cómo sus municipios quedan prácticamente desiertos, con poblaciones envejecidas y sin relevo generacional.
Según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), la mitad de los municipios del país están en riesgo de extinción, y cerca de 5.000 localidades cuentan con menos de 1.000 habitantes. La situación responde, entre otros factores, a la falta de empleo, las escasas oportunidades económicas y la ausencia de servicios básicos (en muchos pueblos es imposible encontrar si quiera un estanco o un cajero automático). Todo esto ha provocado un éxodo rural que se agrava con el paso del tiempo.
De la misma manera, el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que entre 2011 y 2021 España ganó casi 585.000 habitantes. Sin embargo, esta cifra no refleja una distribución equitativa del crecimiento demográfico. Mientras existen provincias que han perdido hasta la mitad de tu población en la última década, comunidades como Madrid, Baleares y Canarias crecen cada vez más gracias a su actividad económica y sus oportunidades laborales.
Despoblación en el País Vasco
El País Vasco, una de las comunidades más industrializadas y con mayor densidad de población de España, no escapa a este problema. Aunque Bilbao, San Sebastián y Vitoria continúan siendo polos económicos y demográficos, en las zonas rurales la realidad es muy diferente. Hay municipios que han visto reducir su población de manera alarmante en los últimos años y, si la tendencia no se revierte, podrían llegar a desaparecer.
En la región, existen tres pueblos que han quedado prácticamente al borde de la despoblación, con menos de 150 habitantes y una tendencia demográfica negativa. En primer lugar está Beizama, ubicado en la provincia de Gipuzkoa. Actualmente cuenta con 136 habitantes, y aunque en 2002, tenía 159, lo que supone una pérdida de 23 vecinos en dos décadas, en un pueblo de estas dimensiones cada habitante cuenta para su supervivencia.
En segundo puesto está Gaintza. Este pequeño municipio guipuzcoano tenía 136 habitantes en 2002 y ha pasado a 128 en 2022, lo que supone una reducción de 8 personas. La despoblación avanza de manera lenta pero constante, y sin medidas para fomentar la fijación de población, la situación podría agravarse.
Finalmente, Orexa es el caso más llamativo porque, a pesar de tener solo 114 habitantes, ha experimentado un ligero crecimiento en los últimos años. En 2002, su población era de 81 personas, por lo que, a diferencia de los otros dos municipios, ha logrado atraer nuevos vecinos. Sin embargo, sigue siendo el municipio con menos habitantes de la comunidad y no está exento de los riesgos de despoblación.
¿Cómo repoblar los pueblos vascos?
La despoblación de los municipios rurales no es un problema exclusivo del País Vasco, pero sí representa un reto para la comunidad. Para frenar esta tendencia, se requieren políticas que incentiven el arraigo de la población y la llegada de nuevos residentes. Algunas de las medidas que podrían ayudar incluyen el fomento del teletrabajo en zonas rurales, incentivos fiscales para familias que decidan establecerse en estos municipios y la mejora de infraestructuras y servicios básicos como sanidad, transporte y educación.
El turismo rural también puede ser una herramienta clave para revitalizar estos pueblos. Promover la gastronomía local, la cultura y el patrimonio natural de estos municipios podría atraer visitantes y generar oportunidades económicas. En algunos casos, la rehabilitación de viviendas y la oferta de alquileres asequibles han sido estrategias efectivas para fijar población en otras regiones de España.
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