Santoral
¿Qué santo se celebra hoy, 13 de septiembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy
Hoy se conmemora la figura de San Juan Crisóstomo, declarado Doctor de la Iglesia en 1568 por el Papa Pío V
El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
¿Qué santos se celebran hoy, sábado 13 de septiembre?
- Beata María de Jesús López de Rivas: Carmelita descalza española, mística y fiel seguidora de Santa Teresa.
- Beato Aurelio María Villalón Acebrón: Religioso lasaliano, mártir de la persecución religiosa en España.
- Beato Claudio Dumonet: Mártir francés durante la Revolución por defender la fe.
- Beato Mariano de Jesús Euse Hoyos: Primer sacerdote colombiano beatificado, ejemplo de humildad y caridad.
- Bernardo el Peregrino: Santo popular que recorrió tierras predicando penitencia y fe.
- San Amado de Sens: Obispo de Sens en el siglo VI, recordado por su celo pastoral.
- San Amado de Sion: Abad suizo de Agauno, impulsor de la vida monástica comunitaria.
- San Emiliano de Valence: Mártir cristiano de Valence en Francia.
- San Julián de Ancira: Mártir de Capadocia, sufrió persecuciones bajo el Imperio Romano.
- San Litorio de Tours: Obispo de Tours, promotor de la vida cristiana en su diócesis.
- San Marcelino de Cartago: Mártir y notario eclesiástico en África durante las persecuciones.
- San Maurilio de Angers: Obispo de Angers, impulsor de la evangelización en Francia.
- San Venerio de Tiro Maggiore: Ermitaño italiano, patrono de los fareros y marineros.
San Juan Crisóstomo: Vida y Pontificado
San Juan Crisóstomo nació alrededor del año 349 en la ciudad de Antioquía (Turquía), uno de los grandes centros culturales del Imperio Romano. Desde joven mostró un talento excepcional para la oratoria y fue discípulo del famoso maestro pagano Libanio, quien llegó a decir que habría querido que Juan fuera su sucesor si no hubiera sido cristiano. Sin embargo, Juan eligió otro camino: abrazó la fe cristiana y llevó durante años una vida de estudio y austeridad, consagrándose al conocimiento profundo de las Escrituras y a la oración.
En el año 381 fue ordenado diácono y, cinco años después, sacerdote. Pronto se destacó como predicador en Antioquía, donde sus homilías atrajeron a multitudes por la fuerza de sus palabras, la claridad de su enseñanza y la pasión con que explicaba el Evangelio. Fue en ese tiempo cuando recibió el sobrenombre de 'Crisóstomo', que significa 'Boca de oro'.
En el 398 fue elegido patriarca de Constantinopla, una de las sedes más influyentes de la Iglesia. Desde allí llevó adelante una labor intensa de reforma: denunció el lujo de algunos eclesiásticos, combatió la corrupción y exhortó a los ricos a compartir sus bienes con los más pobres. Su estilo de vida sencillo y su insistencia en la coherencia del Evangelio incomodaron tanto a la corte imperial como a parte del clero. No obstante, su voz se convirtió en un referente moral para los fieles y en un modelo de pastor entregado a su pueblo.
Canonización y Legado
Tras su muerte, Juan Crisóstomo fue venerado como santo tanto en Oriente como en Occidente. No hubo un proceso de canonización como los conocemos hoy, ya que en los primeros siglos la fama de santidad se reconocía de manera inmediata por el pueblo y confirmada luego por la Iglesia. Su influencia fue tan grande que pronto se le incluyó entre los Padres de la Iglesia oriental, junto con san Basilio, san Gregorio Nacianceno y san Atanasio.
El Papa Pío V lo declaró Doctor de la Iglesia en 1568, un título reservado a aquellos cuyas enseñanzas han iluminado de manera especial la fe y la doctrina. Sus homilías, comentarios a las Escrituras y escritos morales siguen siendo leídos y valorados hasta nuestros días, porque unen profundidad teológica, claridad en la exposición y una gran sensibilidad pastoral. Además, se le atribuye la liturgia que lleva su nombre, la 'Liturgia de San Juan Crisóstomo', todavía usada en las Iglesias de tradición bizantina y considerada una de las más bellas expresiones de la espiritualidad cristiana oriental.
Exilio y Muerte
La firmeza de Juan Crisóstomo en la defensa de la verdad y de la justicia le acarreó graves conflictos. Sus sermones contra los abusos del poder y el lujo excesivo de la corte lo pusieron en abierta confrontación con la emperatriz Eudoxia. También se ganó la enemistad del patriarca de Alejandría, Teófilo, celoso de su influencia. Como resultado, fue depuesto y desterrado en dos ocasiones.
El segundo destierro fue particularmente cruel: lo enviaron a Cucuso, en una región inhóspita de Asia Menor, y más tarde le obligaron a marchar aún más lejos. Debilitado por el maltrato y la fatiga, murió el 14 de septiembre del año 407 en Comana del Ponto, pronunciando unas palabras que resumen su espíritu de fe y entrega: "Gloria a Dios por todo". Su muerte en el exilio convirtió su figura en símbolo de fidelidad a la verdad, incluso a costa del sufrimiento y de la incomprensión.