Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 3 de septiembre? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

Hoy se conmemora la figura de San Gregorio Magno, uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Latina, junto con San Ambrosio

San Gregorio Magno
San Gregorio MagnoInfoVaticana

El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.

¿Qué santos se celebran hoy martes 3 de septiembre?

  • San Marino de la República de San Marino: Según la tradición, Marino fue un cantero cristiano que huyó de las persecuciones romanas y fundó una pequeña comunidad cristiana en el monte Titano, lo que luego se convertiría en la República de San Marino.
  • San Mansueto de Toul: Fue obispo de Toul en el siglo IV y es conocido por haber evangelizado la región de la Galia.
  • Santa Febe: Es mencionada en la Carta a los Romanos de San Pablo como una diaconisa de la iglesia en Cencreas, un puerto de Corinto. Es venerada como santa en la Iglesia Católica y Ortodoxa.
  • Beato Guala de Brescia: Un beato de la Orden de los Predicadores (dominicos) que fue prior y luego obispo de Brescia en el siglo XIII.

San Gregorio Magno

Vida y pontificado

San Gregorio Magno, nacido en Roma alrededor del año 540, provenía de una familia patricia influyente y devota. Su educación fue sólida, destacando en áreas como retórica, gramática y derecho, lo que le permitió ocupar importantes cargos en la administración civil romana. Sin embargo, su vocación religiosa fue más fuerte que su carrera civil, por lo que abandonó su puesto como prefecto de la ciudad para dedicarse a la vida monástica, transformando su casa familiar en un monasterio benedictino.

A pesar de su deseo de retirarse de la vida pública, el Papa Pelagio II lo envió a Constantinopla como su representante ante la corte imperial. En el año 590, tras la muerte de Pelagio II, Gregorio fue elegido papa, un cargo que aceptó con reluctancia, siendo consagrado como Gregorio I el 3 de septiembre de ese año. Durante su pontificado, Gregorio fue un líder dinámico y reformador. Implementó una importante reforma litúrgica que condujo al desarrollo del canto gregoriano y fortaleció la organización interna de la Iglesia. Además, promovió la evangelización en Europa, enviando misiones a Inglaterra bajo la dirección de San Agustín de Canterbury.

Exilio y muerte

Gregorio sufrió muchas dificultades durante su papado, incluida la constante amenaza de invasiones bárbaras y la devastación de Roma por la peste. A pesar de estos desafíos, se dedicó incansablemente a ayudar a los pobres y a restaurar la moral y la disciplina dentro de la Iglesia. Su salud, sin embargo, se deterioró debido al trabajo constante y al estrés. A lo largo de su papado, Gregorio sufrió de problemas físicos, que empeoraron con el tiempo.

En el año 604, después de 14 años de pontificado, Gregorio murió en Roma. Su fallecimiento dejó un vacío significativo en la Iglesia, pero también dejó un legado duradero en la doctrina, la liturgia y la estructura administrativa eclesiástica.

Canonización y legado

San Gregorio Magno fue canonizado por aclamación popular poco después de su muerte, un proceso que en su tiempo no requería el mismo procedimiento formal que se seguiría en siglos posteriores. Su influencia y sus escritos, especialmente "Moralia in Job" y "Regla Pastoral", contribuyeron significativamente a su veneración como santo. En 1295, el Papa Bonifacio VIII lo proclamó Doctor de la Iglesia, reconociendo su profunda influencia teológica y pastoral.

El legado de San Gregorio es inmenso. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Latina, junto con San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Su reforma litúrgica, especialmente en el desarrollo del canto gregoriano, ha perdurado a lo largo de los siglos, y su enfoque en la caridad y la administración eclesiástica estableció modelos que la Iglesia seguiría durante siglos. Además, fue el primer papa en usar el título "Siervo de los siervos de Dios", subrayando su humildad y su visión del papado como un servicio a la Iglesia y al mundo. Su fiesta se celebra cada año el 3 de septiembre, conmemorando su vida de servicio y su impacto perdurable en la Iglesia Católica.